Es un lugar común escuchar en estos tiempos que los Estados Unidos son un país proteccionista, que lo que busca con tratados de libre comercio es construir âautopistas de una sola víaâ para colocar allí sus productos, sin dejar entrar a los del otro país.
Sin embargo, las estadísticas del país del norte contradicen esta afirmación.
En 2005, importaron nada más que en productos agrícolas la fabulosa cifra de u$s 59.317 millones, es decir 48% más que el total de las exportaciones argentinas (todo destino, todo producto) en el mismo lapso.
Pero a un país que compra agroalimentos por casi u$s 60.000 millones, la Argentina sólo le pudo colocar productos por u$s 831 millones. La participación fue, entonces, de 1,4%.
Como mostrábamos en la edición pasada de Infocampo, países como México (socio en el Nafta) le vendió en 2005 agroalimentos por u$s 8.333 millones, en tanto que Brasil lo hizo por u$s 1.967 millones.
Los productos argentinos, en tanto, no logran imponerse, aun cuando localmente se los destaca por su buena performance exportadora. Por caso, en lácteos, las ventas a ese destino fueron de u$s 54,8 millones, cuando los Estados Unidos compraron en el mundo productos por u$s 2.685 millones, lo que da una participación de 2%. En productos de origen animal, las ventas argentinas fueron de u$s 173,5 millones contra importaciones totales por u$s 11.469 millones (participación de 1,5%).
¿Se trata de un empeño de los compradores estadounidenses por discriminar a los productos argentinos, o es que hay una excepción a la regla que podría probar que es factible crecer en ese mercado, jugando las mismas reglas que el resto? En esta edición, presentamos el caso del jugo de uva, por medio de una de las empresas que está en el negocio: Viñas Argentinas. Nuestro país, lo dice Edgardo Galeano, gerente de exportación de la firma, es el principal proveedor mundial de jugo de uva.
En el caso de los Estados Unidos, las empresas argentinas le vendieron en 2005 producto por u$s 75,9 millones, sobre importaciones totales de u$s 95,3 millones, lo que da una participación ¡de casi el 80%!
Como dijo Galeano, esto se logra cuidando al máximo todo el proceso de calidad en la producción. Cumpliendo este requisito y con prolijidad como proveedor, queda demostrado que no es un tema de mercado sino de estrategia comercial.