El conflicto del agro de 2008 muestra que el sector hoy puede ser decisivo para ganar o perder una elección.
Por primera vez, intendentes y gobernadores sienten y perciben que su posición frente al campo puede definir su suerte electoral.
Pero ello no quiere decir que el agro puede transformarse en un movimiento o partido político. Entre Luciano Miguens y Alfredo De Angeli hay visiones ideológicas y simpatías políticas muy diferentes. Si el agro busca transformarse en un partido, para actuar electoralmente se va a sectorizar y perder el sentido del reclamo que ha generado.
Que el agro a partir de ahora pueda decidir elecciones no quiere decir que pueda ganarlas si se transforma en fuerza electoral, ya que tendría que definir un conjunto de temas más allá del sectorial, lo que mostraría las diferentes posiciones existentes y ello provocaría divisiones y rompería la unidad alcanzada.
Con el conflicto, los dirigentes del agro han obtenido un gran conocimiento público por la exposición que han tenido en los medios audiovisuales. Hoy tienen mayor nivel de conocimiento en las personas comunes que muchos políticos.
Este fenómeno implica que sea conveniente que ellos se transformen en candidatos en 2009 y 2011. Puede hacerlo uno de los dirigentes si tiene vocación para pasar a la política y encuentra la oportunidad para hacerlo. Pero en el futuro, probablemente el agro tendrá más peso decidiendo resultados electorales con el voto, antes que compitiendo como partido para obtenerlos.
De acuerdo con ello, de ahora en más los dirigentes del agro tendrán una capacidad de diálogo más importante con las autoridades políticas de todos los niveles, más allá de que circunstancialmente el conflicto interrumpa transitoriamente el diálogo con el Poder Ejecutivo.
Los legisladores nacionales son otra relación política importante. De ahora en más, ya no es tan fácil para los miembros del Congreso Nacional de las provincias en las cuales el agro es importante, votar leyes que no favorezcan el desarrollo del sector agropecuario, porque serán observados y pueden tener costo electoral por ello.
Con este conflicto el campo ha obtenido logros importantes. Como dije, por primera vez gobernadores e intendentes perciben que su posición frente al agro puede ser determinante para su resultado electoral. En segundo término, por primera vez quienes integran la cadena agro-industrial adquirieron conciencia de su pertenencia a la misma. A ello se agrega que las cuatro entidades lograron una cohesión sin precedentes. También emergió una clase media rural, que no era percibida en su dimensión y significación, que fue protagonista central de la protesta en las rutas. Por último, la protesta alcanzó una dimensión nacional, sin precedentes. La cuestión ahora es cómo la dirigencia canaliza el fenómeno que se ha generado.
Rosendo Fraga
(artículo publicado en la edición de hoy de El Federal)
