A finales de este mes, más precisamente el 31 de enero, la ministra de Economía, Felisa Micelli, y el canciller Jorge Taiana firmarían la Cláusula de Adaptación Competitiva (CAC) para regular el comercio bilateral entre socios del Mercosur.
Con la misma se busca evitar que se generen daños a la producción local, y permitiría frenar automáticamente las importaciones de un país al otro cuando se compruebe una invasión de determinados productos.
Uno de los sectores que se vería beneficiado, siempre y cuando se adopte de manera eficaz la medida de restricción, sería la industria textil, la cual se ve perjudicada en todos los eslabones productivos de la cadena, debido a la relación comercial deficitaria con Brasil, según denunciaron desde Proteger.
En cuanto a las pretensiones de los países que se verán arbitrados por la Cláusula, todavía se están afinando detalles, ya que Brasil espera que sea algo “temporario”, en cambio la Argentina “quiere conseguir una cláusula permanente e institucionalizada para que cualquiera que se vea afectado pueda apelar a la misma”, según revelaron trascendidos en torno al acuerdo.
Según fuentes consultadas por Infocampo, no ven grandes problemas en el sector agropecuario, ya que la cláusula es más aplicable al sector industrial; sin embargo, desde la industria textil, que abarca la agroindustria, se verían beneficiados al limitar las exportaciones brasileñas y evitar la invasión de los productos de dicha cadena.
Eliana Ramos
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