En una colaboración internacional sin precedentes, científicos de todo el mundo avanzan en una carrera cuyo principal punto de llegada es la obtención de una vacuna. En este sentido, un equipo de investigadores integrado por profesionales del INTA, del Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. Cesar Milstein” y de la UBA, se enfocan en la obtención de nanoanticuerpos monoclonales recombinantes derivados de llamas y anticuerpos policlonales, derivados de la yema de huevo, para el diagnóstico y el tratamiento preventivo y terapéutico de la enfermedad causada por el virus SARS CoV-2.
Con una larga trayectoria en el ámbito de la investigación de virus, en 2005 Viviana Parreño, responsable del Laboratorio de Virus Gastroentéricos del Instituto de Virología, y su equipo iniciaron en el INTA la línea de investigación en nanobodies -nanoanticuerpos monoclonales recombinantes-, unas moléculas muy pequeñas derivadas de los anticuerpos de cadena pesada que poseen las diferentes clases de camélidos (camellos, llamas, alpacas, vicuñas y guanacos). Los nanobodies son las moléculas más pequeñas que existen en la naturaleza y que poseen la capacidad de reconocer a otra y neutralizarla.
“La capa superficial de un virus, contra la cual suelen generarse las vacunas, cambia constantemente y de especie a especie. Por ejemplo, las cepas de Rotavirus A detectadas hasta el momento poseen 35 variantes en su capa externa”, señaló Parreño.
Por su pequeñez y capacidad de escabullirse, los nanobodies reconocen la parte interna del virus. A esta característica extraordinaria se suma que, a diferencia de otras moléculas –que expuestas a altas temperaturas o a cambios en el pH suelen modificar su estructura–, los nanobodies mantienen sus propiedades funcionales en pH extremos y resisten altas temperaturas. Además, pueden administrarse por vía oral, nasal y también humanizarse y administrarse por vías sistémicas. Así, se presentan como una opción rápida y confiable.
Desde hace 14 años, INCUINTA trabaja en el desarrollo de plataformas para la producción de anticuerpos: nanobodies VHH de llamas y anticuerpos IgYs contra distintos antígenos, como el coronavirus bovino.
“Estamos convencidos de que el tratamiento con anticuerpos es una de las grandes posibilidades y que los nanobodies, por sus cualidades, pueden ser una de las alternativas más prometedoras para enfrentar a la pandemia de coronavirus”, expresó Parreño.
Para producirlos se inmuniza una llama y, cuando alcanza su máxima defensa contra el agente infeccioso, se le extrae sangre, se seleccionan los linfocitos circulantes y de allí el ARN –ácido ribonucleico– mensajero, que contiene los anticuerpos que elabora el camélido. Con el material se arma una biblioteca de genes que se emplea para seleccionar los VHH que están dirigidos contra la proteína o antígeno de interés.
“Sabemos que se trata de una herramienta que tiene mucho potencial, por eso queremos aportar nuestro conocimiento y experiencia”, aseguró Parreño y agregó: “Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para colaborar con los tratamientos que buscan hacerle frente a la pandemia”.
El virus SARS-CoV-2 pertenece al grupo de los betacoronavirus que, si bien es diferente al sublinaje del coronavirus bovino –virus estudiado por la doctora Marina Bok, especialista que integra el equipo de Parreño–, es posible que puedan encontrar nanobodies neutralizantes para una terapia. “Creemos que vale la pena intentar la búsqueda porque es la estrategia más rápida y, seguramente, encontraremos anticuerpos cruzados para fines diagnósticos”, consideró Parreño.
Anticuerpos de gallinas
Las opciones no terminan en los camélidos. El equipo que lidera Parreño también se enfoca en el desarrollo de inmunoglobulinas de yema de huevo de gallinas (IgY). Se trata de anticuerpos que se forman como respuesta a la inoculación de antígenos seleccionados –pueden ser bacterias, virus, parásitos o proteínas– y se producen en gallinas hiperinmunizadas que transfieren en forma activa las Ig séricas a las yemas de los huevos donde se acumulan en gran cantidad –hasta 100 mg por huevo– y son de fácil extracción y purificación.
“Las inmunoglobulinas de yema de huevo (IgY) son un desarrollo del INTA apto para numerosas aplicaciones incluyendo kits de diagnóstico y terapias específicas para enfermedades veterinarias e incluso humanas”, detalló Parreño.
Con esta tecnología, los investigadores del INTA buscan inmunizar gallinas contra el agente infeccioso que genera el SARS-CoV-2 para obtener huevos enriquecidos con anticuerpos específicos. Así, la IgY anti SARS-CoV-2 será purificada a partir de la yema de los huevos y presentará un importante reactivo diagnóstico y, también, una potencial terapia para los pacientes.
De acuerdo con Parreño, el objetivo es lograr una respuesta inmediata que implique mejor y mayor diagnóstico con sistemas que puedan monitorear a los individuos clínicamente sanos con métodos relativamente económicos, para ordenar su cuarentena y así frenar la dispersión de la infección del virus. “Contar con este diagnóstico implica estandarizar kits de alta sensibilidad y especificidad que permita medir la respuesta inmune de los pacientes”, afirmó.