Durante gran parte del 2019, la vaca con destino a China fue el gran negocio para la industria exportadora y el productor ganadero argentino ya que representaba una mercadería de alta liquidez y margen, comienza un análisis de la actualidad del agronegocio ganadero que elaboró el “Rosario Ganadero (Rosgan)”, de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Sin embargo, el abrupto quiebre en la política de compras chinas, que inicialmente parecía ser solo una cuestión de estrategia temporal, actualmente se sitúa en un marco de total incertidumbre. La propagación del coronavirus plantea un contexto de crisis recesiva, de impacto mundial, que claramente afecta a la Argentina.
De acuerdo a los datos que acaban de conocerse para el mes de enero, señala el Rosgan, la faena total local registra una caída de hasta 6 puntos, respecto del mes de diciembre.
Esta menor faena de vacas se produce en momentos en lo que, estacionalmente, la curva debería comenzar a recuperarse, signo de la fuerte reducción de la industria exportadora luego de la acumulación de stocks que viene generando.
Lo llamativo del caso es que, a pesar de la caída en la faena, no se observa una retracción acorde en el nivel precios.
Dicha firmeza indicaría que, de algún modo, este tipo de hacienda está pudiendo ser asimilada en parte a través de otros mercados de exportación, pero fundamentalmente la fuerza de absorción es el consumo local.
En perspectiva, la baja de inflación proyectadas para los próximos meses en el país, sumado a un tipo de cambio relativamente estable, son el marco propicio para proyectar una recuperación de los niveles de consumo interno en el mediano plazo.