La escasez de lluvias coincidió con la etapa de labranza previa a la siembra de algodón, soja y trigo, los principales cultivos de la economía chaqueña, considerados los motores de la única fuente de recursos extraestatal con que cuenta la provincia.
La ganadería, en tanto, perdió rentabilidad debido a que los productores tuvieron que desprenderse de su hacienda antes del punto de mayor aprovechamiento.
Entre tanto, las tareas de asistencia a los pobladores de Castelli, Corzuela, Tres Isletas, Villa Río Bermejito y las colonias rurales de Presidencia Roque Sáenz Peña impidieron que el gobierno ataque las consecuencias de la falta de agua en los campos.
Asimismo, la consigna de los intendentes y de los funcionarios del gabinete provincial ha sido “primero agua para beber y luego el resto”, dado que la situación es tan grave en las zonas urbanas que las poblaciones afectadas tienen agua solamente dos horas por día.
Mientras que las autoridades envían el vital líquido por medio de camiones cisterna y esperan que el acueducto Resistencia-Sáenz Peña no colapse a medida que se acercan las altas temperaturas, voces opositoras salieron a criticar la falta de previsión. Fue el caso del ex ministro de Economía del gobierno de Acción Chaqueña que recordó los beneficios que hubiera aparejado el Proyecto Arco Iris, un sistema de canalización de norte a sur que surcaba los montes de “El Impenetrable”.