La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) dio a conocer el Índice FADA de junio y aseguró que la participación del Estado sobre la renta agrícola cayó con respecto a marzo al medir 55,8% versus 64,1%.
“Cada $100 de renta que genera una hectárea agrícola promedio, $55,80 se lo llevan los distintos niveles de gobierno”, explicó el informe, y remarcó que “mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 55,8%, la participación del Estado en soja es del 66,4%, maíz 40,6%, trigo 39,8% y girasol 51,4%“.
Para David Miazzo, economista Jefe de FADA, el índice aún se ve afectado por la sequía. “Los cultivos de verano de esta campaña 2017/18 que está finalizando sufrieron una grave sequía durante la etapa crítica de crecimiento y altas temperaturas y humedad hacia los momentos previos a la cosecha. Estos eventos climáticos provocaron caídas de rindes y pérdidas de producción que han generado efectos negativos sobre el productor agropecuario, pero también sobre las economías del interior y la macroeconomía del país”, señaló.
“Las pérdidas conjuntas de maíz y soja totalizan las 26,2 millones de toneladas de granos, equivalentes a 935 mil viajes de camión menos y US$ 8.283 millones. Aunque esta valuación se hace a precios actuales, también podría hacerse a los precios del año pasado, que son un 10% inferiores para los casos de soja y maíz”, detalló Miazzo.
Precios, dólar, costos, retenciones, entre las principales causas
Entre los motivos de la caída de la participación del Estado en la renta agrícola, FADA resaltó los siguientes puntos:
- Precios: “Con respecto a junio de 2017, subieron los precios internacionales y los internos. El precio internacional de la soja subió un 10% y el precio local para el disponible aumentó un 15%, que incluye el efecto por la reducción de los derechos de exportación. En el caso del maíz, los aumentos fueron equilibrados, incrementándose un 11% en ambos mercados”.
- Dólar: “Cuando el dólar evoluciona por encima de la inflación, genera un impacto positivo sobre los sectores exportadores, ya que hace incrementar los ingresos (en dólares) por encima de los gastos (que, en parte, son en pesos). Por ello, la devaluación del peso con respecto al dólar genera que se amplíe el valor de la producción, y eso hace bajar la participación del Estado en la renta agrícola. En los últimos 12 meses, la devaluación fue del 55,6%, duplicando la inflación del período”.
- Costos totales: “Se han incrementado un 13,8% con respecto a marzo con mayor impacto de los costos de labores y fletes, que también fueron afectados por los incrementos de los costos de los combustibles. Además de los insumos que al estar dolarizados, suben conforme a sube el dólar. Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 59% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el restante 41% están pesificados. En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 62% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 38%. Miazzo explica que ‘incluso el componente en pesos, también suele tener una alta relación con el dólar'”.
- Menor participación de la soja en el área sembrada: “Al ser la soja el único cultivo con derechos de exportación, la participación del Estado en esta es del 66,4%, mientras que en el maíz es del 40,6% en la medición de este junio 2018. Por esto, al haber menor cantidad de soja en el área sembrada, hace que baje el índice general“.
- Baja de los derechos de exportación: “En enero de este año, comenzaron a bajar un 0,5% por mes los derechos de exportación a la soja, por lo que pasó de a 30% en 2016 y 2017, a 27% en junio de 2018. La baja de 3% que lleva el 2018, representa unos 12 dólares por tonelada”.
Qué pasa en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis y La Pampa
El índice FADA también detalló los casos particulares de las principales provincias productivas, como son Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis y La Pampa.
En ese sentido, indicó que Santa Fe registra el más alto con 59,5% y San Luis el más bajo con 52,8%. En tanto, afirmó que Córdoba muestra una participación del 55,3%, Buenos Aires 59,1% y La Pampa 53,8%.
“Santa Fe registra la participación más alta en trigo y girasol, mientras que Buenos Aires, la más alta en soja y maíz. Al mismo tiempo, Buenos Aires registra el menor nivel en girasol, y Córdoba registra el menor nivel en soja, maíz y trigo. En estos resultados, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales y los fletes, que generan efectos distintos sobre cada uno de los cultivos”, sostuvo.
Y destacó que en los casos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa, se consideran los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, mientras que para el caso de San Luis sólo se consideran soja y maíz, ya que explican el 95% del área.
En cuanto a los impuestos nacionales, FADA subrayó que “van en línea con el valor de la producción y con la rentabilidad en cada provincia, por lo que son más altos en términos absolutos en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y más bajos en San Luis y La Pampa“.
“Una hectárea en Santa Fe es la que más paga en la sumatoria de impuestos locales y provinciales, seguidos por Buenos Aires, medidos en pesos. Si se mide en porcentaje del valor de la producción, Santa Fe y Buenos Aires tienen un valor similar del 3,6%”, expresó.