La producción de carne de pollo cayó un 4% en los primeros once meses del año pasado con relación a igual período de 2015, en sintonía con una caída del 2,6 % en el consumo interno y una baja de más del 24% en lo que respecta a los ingresos por exportaciones.
Según un informe elaborado por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), el acumulado de once meses de 2016, presentó un panorama dominado por caídas en la producción, consumo interno y exportaciones de carne aviar, en un contexto de menor rentabilidad.
Para el IES, la merma productiva responde tanto a la menor demanda interna, que se vio afectada por el deterioro del salario, la fuerte suba de precios de los productos avícolas (mayor al aumento de carnes sustitutas), así como por el fuerte desplome de las exportaciones en valores y volumen.
La producción de carne aviar alcanzó un total de 1734 miles de toneladas en los primeros once meses del año, lo que implicó una caída del 4 % e implicó una baja en el consumo interno por habitante del 2,6%, al llegar a un promedio de 41,9 kg per cápita.
Para IES, la menor ingesta de carne aviar está en línea con la fuerte suba de los precios minoristas del pollo, que aumentaron 50% entre enero y noviembre del año pasado, por encima de los aumentos la carne vacuna (41,6%) y porcina (25,2%), así como del incremento del 41,4% del nivel general de precios del IPC de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en los primeros once meses del año pasado.
En ese contexto, las ventas externas no pudieron compensar el deterioro del mercado interno, ya que la fuerte suba de costos de los insumos del sector (maíz y soja), así como los laborales y energéticos, licuó progresivamente la mejora en la competitividad externa de principios de año.
Por el lado de las importaciones, presentaron una fuerte expansión hasta noviembre, aunque según IES, aún permanecen en niveles bajos que no afectan a la producción nacional, y tienen una participación del 0,79% en el consumo.
En el acumulado de once meses del año 2016, las exportaciones presentaron un retroceso tanto en valores como en volúmenes, por lo que continuaron con la tendencia decreciente observada en 2015 y 2014, producto del derrumbe de las compras de Venezuela, principal comprador del país hasta 2014 inclusive, cuando su participación en valores representó el 42,4% del total.
En el acumulado de enero a noviembre del año pasado, aumentaron fuertemente las ventas a China y Rusia, aunque los mayores envíos a estos destinos aún no compensan las menores compras de Venezuela. Ante la pérdida del mercado venezolano, se ha comenzado una campaña para la apertura de nuevos mercados por todo el mundo, sobre todo en el sureste asiático, Oriente Medio y África subsahariana.
En este contexto de diversificación de las ventas, en el acumulado de once meses del año pasado, las ventas externas alcanzaron a un total de 171 mil toneladas, con una caída del 16% frente a las 204 mil toneladas exportadas en igual período del año de 2015. En valores, la merma fue del 24,5%, y alcanzó los u$s 233 millones contra u$s 309 millones del acumulado a octubre del año de 2015.
Por su parte, las importaciones en el acumulado de once meses del año de 2016 tuvieron un fuerte incremento del 109% en valores y del 163% en cantidades con relación a igual período del año 2015, que se trata de la base histórica más baja de comparación.
En cambio, si se coteja con una base normal como el acumulado de once meses de 2011, existe una caída del 27,6% en valores y una baja del 22,7% en cantidades, aunque su participación en el consumo interno en dicho período llegó al 1,2% y en el acumulado de once meses de 2016 apenas representó el 0,79%, cifras poco significativas, muy por debajo de su elevada participación histórica en el consumo del sector.
Para 2017, para IES, se prevé una mejora en la rentabilidad sectorial dado que la abundante cosecha de maíz deberá relajar los precios internos del principal insumo del sector.
En línea con este panorama, una mayor producción aumentaría la oferta y contendría los precios internos que, junto con la recuperación del salario real prevista para 2017, generaría una alza del consumo interno de carne aviar en el año de 2017.
En cuanto al mercado externo, se proyecta una mejora de las ventas externas, aunque será un rebote tras tres años de mermas consecutivas. El Gobierno, por su parte, analiza bajar el IVA que actualmente pagan los productos avícolas como el huevo y el pollo, de manera que se equipararían con lo que tributa la carne vacuna, lo cual implicaría una menor presión tributaria que aliviaría la ajustada rentabilidad del sector.