Las denuncias por parte de los productores ganaderos no paran, el Estado sigue ausente y los cuatreros son cada vez más. Sobre todo, en esta época del año donde se acercan las fiestas o como dice la productora, “cuando la carne está cara”.
Recordemos que la semana pasada, a un productor de Entre Ríos le faenaron 10 animales en tan solo 45 días. Estos, son solamente dos casos de los miles que ocurren en todo el país.
Infocampo conversó con Virginia Buyatti acerca de lo sucedido en su establecimiento, quien muy amablemente nos compartió una carta haciendo referencia a este fenómeno, este acto delictivo que es cada vez más frecuente, provocando graves pérdidas económicas, mientras que el Estado brilla por su ausencia.
La carta de la productora:
¿DEBEMOS NATURALIZAR EL ABIGEATO?
Ave de pico encorvado
Le tiene al robo afición
Pero el hombre de razón
No roba jamás un cobre
Pues no es vergüenza ser pobre
Y es vergüenza ser ladrón.
Conceptualmente, el abigeato es un delito contra la propiedad, hurto de ganado, figura tradicional conocida vulgarmente como “cuatrerismo” que no ha perdido vigencia, cuyo recrudecimiento muchas veces coincide con estás épocas del año o cuando la carne está cara.
Es considerado delito agrario porque ha sido definido como “aquellos que se cometen en el campo respecto de bienes o situaciones que allí se producen en relación con la explotación agropecuaria”.
Tal es el caso de lo ocurrido el día lunes por la noche en un establecimiento cito en el departamento de Vera, provincia de Santa Fe, donde malhechores realizaron la faena clandestina de un vacuno (ternero) y dejaron gravemente herido a otro, todo esto a escasos 10 metros de la ruta nacional 98 a la vista de cualquier vehículo que transita por dicho lugar en horas de la madrugada.
El rodeo de hacienda violentado (vacas con cría) se encontraban encerrados en un corral, ya que durante la calurosa jornada del día lunes los empleados del establecimiento recolectaron la hacienda del monte y procedieron a su encierre, dado que se estaban realizando tareas de sanidad animal.
Geográficamente el establecimiento en cuestión, está ubicado en la cuña boscosa santafesina (Chaco Húmedo), zona caracterizada por campos de grandes extensiones, constituida por especies forestales de madera dura como el quebracho colorado y blanco, algarrobos, guaraniná, etc. Donde el esquema productivo se combina con el rol de conservación del habitat natural, producimos alimentos para el mundo en un lugar donde supimos conservar la biodiversidad.
Si bien la Guardia Rural “Los Pumas” concurrió a constatar el hecho a escasos minutos de ser alertados por la propietaria, una de las mayores dificultades que presenta este delito es la efectiva condena de sus autores, ya sea que se trate de grupos organizados o de hurto de pequeñas cantidades de animales.
Muchos productores manifiestan que el robo de animales es un costo más contemplado dentro de sus cálculos, tal como la mortandad o un bajo porcentaje de preñez… la pregunta es: ¿Debemos naturalizar estos hechos de vandalismo? ¿Dónde está el rol del Estado como proveedor de seguridad?
Así como es esencial una política agropecuaria que exceda a más de un período político, a variables macroeconómicas y políticas fiscales que propicien el desarrollo ganadero en vez de reducirlo a polvo, es esencial combatir la inseguridad rural, y tomar conciencia de que es un delito, que no solo impacta en la producción primaria y violenta a la propiedad privada, sino que pone en riesgo la sanidad animal, la inocuidad alimentaria y va en detrimento del asentamiento de familias en establecimientos rurales por temor a la integridad física o en términos más sencillos MIEDO.
CPN Virginia Buyatti, productora ganadera del norte de Santa Fe.
