Contradiciendo aquello de “segundas partes nunca fueron buenas”, el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) hizo su segundo desembarco oficial en Santiado de Chile. La estrategia, en ambos casos fue la misma: unir las carnes argentinas, un indiscutido sello de calidad, con otros dos productos locales: el tango y los vinos. Una vez más, fue a través de una degustación. Pero esta semana mostró los resultados de una fuerte inversión publicitaria por parte del IPCVA que rondó los u$S 200.000. Todos los actores de la cadena ganadera (criadores, invernadores, frigoríficos, matarifes y exportadores) están apoyando esta iniciativa pensando en el premio: un mercado de u$S 220 M que la Argentina supo abastecer casi en su totalidad y que, luego de la crisis de la fiebre aftosa quedó en manos de brasileños y uruguayos. Las especulaciones apuntan a, por lo menos en 2005, capturar el 40% del mercado trasandino. En estas páginas les contamos todas las claves del negocio, con la opinión de los especialistas.
Marche un asadito pa’ Chile
Argentina apuesta a recuperar el mercado chileno. Buscará vender carnes por u$s 100 M. Brasil está mirando de reojo
La carne argentina, así como el vino y el tango, fueron ganando la fama de ser un patrimonio casi exclusivo de nuestro país.
Los cortes cárnicos son un manjar codiciado alrededor del mundo y no en vano ostenta la categoría de premium.
Las condiciones geográficas en las que se cría el animal favorecen una carne con más terneza y jugosa ya que el ganado no tiene que hacer mucho esfuerzo para trasladarse, hecho que las hace merecedoras de aquel rótulo distintivo estés donde estés.
Sin embargo, hoy por hoy, y después de la maldita aftosa que cerró la puerta al mundo al mercado argentino, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) cruzó la frontera y gastó en esta movida unos 200 mil dólares para marcar nuevamente presencia en el mercado chileno, uno de los principales importadores de nuestras carnes. La intención es reposicionar la carne argentina en un mercado que compraba casi u$s 150 M hasta la crisis de la fiebre aftosa, en 2001, pero desde entonces se aprovisionó casi por completo en Brasil y Uruguay. Chile reabrió la importación de los bifes pampeanos en julio pasado, pero volver se hace cuesta arriba: en lo que va del año, la Argentina pudo venderle por tan sólo 18 millones.
La capital chilena está exultante. Por todos lados se construyen autopistas y edificios del primer mundo. La gente llena los centros comerciales y esta fiebre de consumo también alcanza a la carne. Sin suficiente ganado propio, los chilenos han incrementado sus importaciones de carne hasta U$S 220 M el año pasado.
Y la pagan bien: el kilo de vacío puede llegar a cotizar a casi 5 dólares.
En diálogo con Infocampo, Arturo Lavallol, presidente del Instituto, auguró que “al cabo de algunos meses, Argentina comenzará a retomar el nivel de exportaciones previo a aquella crisis”. Al mismo tiempo, aseguró que “la promoción apuntará a reposicionar a las carnes argentinas entre los consumidores más exigentes”
En cuanto, a los requisitos para vender a ese mercado, Luis Piñero Pacheco, titular de la exportadora Exal dijo a Infocampo, que “es necesario una regionalización sanitaria para evitar posibles complicaciones como la ocurrida años atrás”.
El vicepresidente de la entidad, Miguel Schiaritti, remarcó a Infocampo, que la competencia con el Brasil, principal competidor argentino en el mercado chileno “se planteará en el plano de los precios, ya que el público chileno reconoce sin inconvenientes la mejor calidad de la carne argentina aunque deba pagarla un poco más cara”.
Gustavo Malem – gmalem@infobae.com
Enviado especial a Chile
