Lograr la transición a cadenas de suministro libres de deforestación y otros tipos de conversión de ambientes naturales es algo que no puede esperar. Para ello, es inminente garantizar la trazabilidad, que consiste en llevar adelante procedimientos de identificación y registro de los datos relacionados con un producto determinado a lo largo de las cadenas de producción, industrialización y distribución.
Esta herramienta se presenta como estratégica y fundamental para responder a las crecientes exigencias de los consumidores respecto a la seguridad y calidad de los alimentos.
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“Es necesario sumar la trazabilidad ambiental a los productos para asegurar la cadena productiva libre de deforestación y conversión de ambientes naturales: es decir, que no se hayan realizado desmontes ni se hayan transformado áreas naturales en ninguna de las etapas del proceso de producción, industrialización y distribución”, expresa María Eugenia Periago, coordinadora de Manejo y Producción Sustentable de Fundación Vida Silvestre.
Por esta razón, la Unión Europea está avanzando hacia una nueva ley que busca garantizar que los productos importados a la Unión no hayan sido producidos en tierras deforestadas y otros requisitos importantes como el respeto de derechos humanos. La propuesta final de este proyecto aun tiene que ser negociada entre el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, y avanzarán hasta que haya acuerdo.
ARGENTINA, LA OPORTUNIDAD
Al respecto, la Argentina tiene un rol preponderante en el sistema alimentario global y, a su vez, es uno de los pocos países que puede contar con sistemas confiables de monitoreo de las cadenas de suministro, que contribuyan eficazmente a la conservación de los bosques y ecosistemas naturales.
De acuerdo a Periago, desde la Fundación se encaminó un proyecto que explora la posibilidad de diferenciar, a través de un sistema de trazabilidad público-privado, la producción de carne vacuna argentina libre de deforestación y conversión de ecosistemas.
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“Actualmente, contamos con los sistemas de control para temas de inocuidad alimentaria para humanos y animales que, sumado a sistemas de monitoreo de ambientes naturales, también existentes, permitan confianza en los productos que lleven esta diferenciación”, dice Periago.
A través de la definición de estándares de sustentabilidad en las cadenas de valor de la soja y la carne vacuna y de un modelo innovador que permite reducir la deforestación y la conversión de ecosistemas críticos, se puede mejorar la resiliencia económica y ambiental al mismo tiempo que se posibilitan beneficios para el gobierno, las empresas, los productores y el medio ambiente.
Cuando se desperdician los alimentos, también se desperdician los recursos naturales que se usaron para producirlos, por lo que ahorrar más de 1/3 de los alimentos que no se comen ayuda a la naturaleza y también a su saldo bancario. #DíaPDA #PerdidayDesperdicio #PDA pic.twitter.com/5FhFVgFr4A
— WWF Latinoamérica (@WWF_LAC) September 29, 2022