El Acuerdo de París es el primer tratado universal y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, que fue firmado por los países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Conferencia sobre el Clima de París (COP21) en diciembre de 2015.
En dicho acuerdo se estableció que los países deben limitar la temperatura global en 2°C, e idealmente mantenerla en 1,5°C, lo cual implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% para 2030.
Sin embargo, y según indica el último informe de la ONU sobre Cambio Climático, “si bien la mayoría de las naciones han mostrado su intención de reducir las emisiones, su impacto combinado las coloca en el camino de lograr solo una reducción del 1% para 2030 en comparación con los niveles de 2010“.
Esto quiere decir que en menos de 9 años, los países deberían reducir sus emisiones actuales en al menos 44 puntos porcentuales para alcanzar el objetivo climático a nivel mundial.
El Secretario General de la ONU, António Guterres afirmó durante la presentación del documento que “2021 es un año decisivo para enfrentar la emergencia climática global. El informe es una alerta roja para nuestro planeta, y muestra que los gobiernos no están ni cerca del nivel de ambición necesario para limitar el cambio climático a 1,5 grados y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París“.
Solo dos de los 18 mayores emisores, el Reino Unido y la Unión Europea, presentaron una contribución actualizada en 2020 que contiene un fuerte aumento en sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. Otros, aunque presentaron planes, mostraron compromisos muy bajos, afirma el informe.