Finalizado el año lechero 2019 y sólo faltando las cifras oficiales de diciembre, la ecuación láctea cierra respecto a 2018 por el lado de la demanda con una caída de 360 millones de litros de consumo doméstico (-5%) y menores exportaciones en 210 millones (entre 10 y 11% por debajo), que se contraponen por el lado de la oferta con una producción inferior en 210 millones (-2%) y un mayor stock de 360 millones de litros de leche equivalentes (+40% respecto al cierre del año anterior).
Los Resultados de la Cadena en 2019
Según los datos que elabora el IAPUCo mensualmente, la Cadena Láctea en su conjunto mejoró sus resultados en 2019, con valores hasta el mes de noviembre de:
El Valor Neto Creado Actualizado por IPC fue de $9.967 millones, de los cuales el sector de la Producción Primaria tuvo un resultado positivo de $12.320 millones y el sector industrial un resultado negativo de $2.354 millones. Si miramos estos números para el período en el que están disponibles (últimos cuatro años), el sector en su conjunto presentó un resultado desfavorable de aproximadamente $ 1,09 por litro de leche producido/procesado, perdiendo un 76,5% el sector primario y el 23,5% restante el sector industrial. A continuación, pueden verse gráficamente los números resumidos en el cuadro.
La mejora para el sector primario del último año no compensa los malos resultados de años anteriores, ya que la lechería viene de una crisis a nivel global en 2015/2016 y en el plano interno con dos inundaciones importantes, sequías y sobre todo con efectos negativos generados por las principales variables de la macroeconomía (inflación, tipo de cambio, presión impositiva, tasa de interés, distorsión de precios relativos, entre otras).
Producto de la menor producción y bajos stocks de inicios de 2019, una importante licitación pública en febrero, la aparición de un nuevo actor industrial en la demanda y que aún las exportaciones eran superiores al año anterior (ene-feb 2019), el precio de la leche mejoró (pico de US$ 0,366/litro en julio 2019) debido a la puja entre las industrias para abastecerse de materia prima leche y eso permitió mejorar el resultado del sector primario y por ende las tasas de rentabilidad.
En el cuadro superior elaborado en base a los datos de Costos Regionales de Producción de INTA, puede verse que en el período marzo-julio 2019 las tasas de rentabilidad al capital invertido no sólo fueron positivas sino que superaron el mínimo exigido del 5% anual en los modelos de costos (Costo Totales de Producción + interés al Capital Promedio Operado del 5% anual, que determina el Precio de Equilibrio), situación que fue disminuyendo con la aparición de mayor producción hacia el pico de máxima (octubre) y la caída en el consumo interno y las exportaciones, que frenaron la puja de demanda industrial.
Comparando los 11 meses de 2019 respecto de igual período de 2018, se evidencia la mejora en 2019 donde la rentabilidad promedio fue del 4,9% y en 2018, del –0,3%. Situación de baja rentabilidad también tuvo el sector primario en los dos años anteriores, en función a la situación de crisis mencionada más arriba.
Cabe resaltar que los números tanto para la producción primaria como para la industria son promedios que obviamente varían, en el primer caso en función a los niveles de productividad, eficiencia y escala; y en el segundo, en base también a escala, tamaño, productividad, mix de productos y mercados a los que esos productos se destinan.
¿QUé PODEMOS IMAGINAR PARA 2020?
Producción
Las proyecciones de producción, hechas en un escenario económico muy turbulento e impredecible, y bajo las condiciones climáticas previstas en los pronósticos disponibles, hacen suponer un crecimiento de la producción entre el 1 y 3% para 2020 respecto de 2019. Cabe mencionar que en las estimaciones trimestrales los porcentajes de crecimiento son mayores en el primer y segundo trimestre, ya que se comparan sobre una base muy baja de 2019 y tienden a ser prácticamente neutros hacia finales del año.
Consumo Doméstico
El nuevo Gobierno Nacional ha lanzado una serie de medidas con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de los sectores de menores recursos: bono a las jubilaciones mínimas, aumentos en las AUH, tarjeta alimentaria, reducción de las tasas de interés, exenciones y devoluciones de IVA, suma fija a privados, precios cuidados que incluyen una amplia gama de productos lácteos y seguramente será controlado su cumplimiento con mayor rigurosidad que en el período anterior, entre otras.
Estas medidas seguramente impactarán en el consumo de lácteos, que cayó muy fuerte en 2019, sobre todo en el primer trimestre con un descenso acumulado del 11,5% en las ventas internas de productos lácteos que registra la DNL-MAGyP en litros de leche equivalentes.
Esta caída de consumo se dio fundamentalmente en los productos de mayor valor agregado y/o unitario tales como yogures, flanes, postres, leches saborizadas y no refrigeradas (UAT/UHT), quesos procesados y otros.
Como puede observarse en el gráfico de Consumo per cápita, en el mismo estimamos que cerró el año 2019 con 180 litros de leche equivalente por persona, unos 10 litros menos que en 2018. Recuperar ese consumo puede demandar unos 450 millones de litros de leche adicionales en 2020 (10 litros per cápita por 45,4 millones de habitantes de la estimación de INDEC).
El aumento en el consumo, en función a si se cumple lo indicado más arriba, mejorará la ecuación en cuanto a volumen, no tanto así en valor, ya que los productos que incrementarían su demanda son aquellos de menor valor unitario porque corresponde a productos lácteos de menor valor agregado, leches refrigeradas (sachet), yogures bebibles, quesos cremosos y barra.
Mercado Externo
Como decimos más arriba, las exportaciones en 2019 fueron entre 10 y 11% inferiores tanto en volumen como en valor que 2018, con una participación del 19% respecto del volumen total producido, cuando tenemos un promedio en los últimos 10 años del 21% y registros del 28% en 2006.
Si tenemos en cuenta los factores más determinantes de los volúmenes exportados, como son el tipo de cambio real y los precios internacionales de las principales commodities lácteas, podemos en base a ello hacer alguna aproximación a la posible evolución de las exportaciones en 2020.
Tipo de cambio real: cabe recordar que las exportaciones se liquidan al tipo de cambio comprador del Banco Nación Argentina y que se deben detraer los derechos de exportación (9% para leches en polvo y $3,00/dólar para el resto de productos) y se le deben adicionar reintegros de impuestos internos (entre 0,75% y 2%). El tipo de cambio real a la fecha es de $53,22 para Leche en Polvo Entera y de no haberse implementado los Decretos 793 y 767/2018 que reimplantan los derechos de exportación y redujeron los reintegros de impuestos internos, el tipo de cambio real sería de $59,74/dólar, es decir un 12,3% más. Visto de otra forma, podría mejorar el precio de la LPE en +/- US$ 390/tonelada y generar +/- $ 3,00/litro de leche adicionales para la cadena.
Precios Internacionales:
El producto más emblemático en el comercio mundial de lácteos y nuestro principal producto de exportación es la Leche en Polvo Entera (LPE). Como puede verse en el gráfico del Global Dairy Trade (GDT), la cotización quincenal de los últimos cinco años muestra que el precio actual está dentro del promedio del período. Este precio tuvo una caída del 7% en la última subasta del año pasado (US$ 3.099/ton.) y recuperó algo (1,7%) en la del día 07/01/20.
Este precio que para la lechería mundial es razonable y que en cierta medida mantiene el interés exportador, para nuestro país por cuestiones competitivas (productividad media industrial y costos internos) es un precio que genera resultados no muy favorables para los dos principales eslabones de la cadena.
Si miramos un poco más allá, el precio en el mediano plazo de esta commodity que surge del Mercado de Futuro NZX indica que la tendencia para el año 2020 es con un promedio similar al actual y con leves variaciones hacia arriba y hacia abajo (desvío estándar y coeficiente de variación), lo cual no permite augurar por ésta vía un incentivo a las exportaciones de Argentina.
Con estas dos variables es de baja probabilidad que las exportaciones se recuperen e incluso es posible que bajen, ya que no generan por el tipo de cambio cuasi fijo, los derechos de exportación de 2018 y e incrementados hoy, la baja de reintegro de impuestos internos también concretada en 2018 y los bajos precios internacionales para la realidad competitiva de Argentina, incentivos para que las industrias destinen productos a este mercado, salvo que lo hagan sólo para derivar excedentes y con resultados a pérdida.
Por lo tanto, el delicado equilibrio entre mayor producción y mayores stocks iniciales debe necesariamente compensarse con incrementos en el consumo doméstico para evitar sobre oferta del mercado interno, y por ende, deterioro en la recaudación industrial, que inexorablemente termina, como es habitual, repercutiendo también en el sector primario, generando pérdidas y desalentando la producción.
Es imperioso para la cadena láctea, cuanto antes, comenzar a conversar estas cuestiones en la Mesa de Competitividad Sectorial, con los interlocutores del Gobierno Nacional y provinciales, y sin dejar de lado las postergadas cuestiones estructurales.