Mientras la carrera de Ingeniería Agronómica registra una baja en la cantidad de alumnos que ingresan, la opción de formarse en producción de orgánicos gana cada vez más adeptos, o al menos así sucede en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).
Así se lo contó a Infocampo el director de la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica de esa institución, Mario Clozza, quien además se desempeña como director académico de un posgrado en Producción y Comercialización de Productos Orgánicos en la Universidad de Catamarca.
“Se trata de una carrera de pre grado, corta, de tres años de duración, que se elige cada vez con más frecuencia. Hay varios alumnos que la hacen en simultáneo con otra carrera, y otros que directamente ya llegan con la idea de hacerla como principal”, explicó Clozza.
Es que la FAUBA ofrece un total de 10 carreras, de las cuales una de ellas es la tradicional, de Agronomía. Las asignaturas básicas – como química, física o botánica- son comunes, y después existen otras que son propias de la tecnicatura.
“La diferencia es la dinámica de los alumnos: ellos vienen muy motivados en lo que hace a cultivar en forma orgánica“, contó el director, al tiempo que remarcó que la mayoría “están convencidos de que es la forma futura de producir, la realmente sostenible en el tiempo”.
Cómo es el plan de estudios
Clozza dio algunos detalles de las materias que se estudian en la tecnicatura que él diseñó en la FAUBA, que cuenta con docentes especializados en cada una de las cátedras, con un equipo elegido.
“Hay asignaturas muy específicas. Existen diferencias muy grandes con lo tradicional en sanidad vegetal, fertilidad o producción orgánica de frutales, cereales, granos, horticultura. Siempre trato de que haya prácticas: a veces hacemos visitas a productores o la misma gente del sector orgánico se acerca a la facultad para mostrar sus trabajos”, destacó.
Asimismo, la carrera de pre grado tiene un Taller de Práctica, que es anual, donde se trabaja con una huerta orgánica experimental. “Los alumnos tienen su huerta, ponen especies con distintos objetivos de producción (vegetativo, reproductivo, especies anuales, perenne) y la idea es que se sumen invitados de otras asignaturas como climatología o edafología, y hacer ciertas prácticas ahí. Lo bueno es que ven todo como un sistema, no como cultivos individuales“, describió.
Para el directivo, el sector orgánico tiene un futuro innegable, y se refirió al concepto del Orgánico 3.0, un tema del que habló en el marco de las Jornadas PROD, que se realizaron la semana pasada en Buenos Aires a cargo de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA).
“Es un nombre informático, llamativo. El 1.0 era lo que veía Rudolf Steiner, aquello relacionado con lo que uno se alimentaba y su impacto en el medio ambiente. El 2.0 tiene que ver con normativas, certificar productos y que el consumidor ya los identifique, lo que implica que en su producción hubo un control. En tanto, el 3.0 apunta a que hoy el consumidor pide algo más: saber quién es el productor, dónde vive, cómo es su familia, qué uso hace del agua, de los recursos ambientales, cómo se inserta a la sociedad. Eso le da identidad al producto, el consumidor lo valora mucho más y paga un precio que considera justo“, analizó.
Consultado acerca de la ganadería orgánica, Clozza explicó que, si bien se dictan materias en la FAUBA, no existe aún la tecnicatura. “Si la incluíamos en la Vegetal, se alargaba un año y medio más y pasaba a ser una licenciatura. De todas maneras, es un tema muy importante. En extensivos, el hecho de rotar con producciones animales, sobre todo bovinos de carne, lleva a una dinámica distinta del ambiente. Es más que necesario, además de que abre mercados“, concluyó.