Un proyecto de Ley presentado por la senadora nacional por Río Negro Silvina García Larraburu, busca resguardar un mínimo de 2,5% de los hábitats naturales. El objetivo establece que se deberá garantizar un mínimo de cuatro hábitats por cada unidad productiva de 200 hectáreas, de los cuales al menos uno deberá ser un ambiente natural no menor a 5 hectáreas (equivalente a 2,5% de la superficie total). En tanto, los otros tres hábitats podrán contener cultivos pero diferentes entre sí. También se indica que, de ser aprobada, la Ley se implementará de forma progresiva a lo largo 10 años., según publicó el Servicio de Prensa y Divulgación Científica y Tecnológica sobre Agronomía y Ambiente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Sobre La Tierra – FAUBA).
La norma se encuentra siendo evaluada por el Senado de la Nación y lleva por título: “Presupuestos Mínimos para la Biodiversidad en Ambientes Cultivados”.
Detrás del proyecto se encuentra también Lucas Garibaldi, investigador independiente del CONICET y Director del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Río Negro.
“Esta iniciativa promueve la rotación de los cultivos, favorece la preservación hábitats naturales y seminaturales (que no son cultivados desde hace más de 20 años y que incluyen especies nativas) y sus múltiples beneficios asociados, como una mayor polinización, control biológico de plagas, reducción de la erosión, fijación de carbono, valor turístico e industrias como la apicultura, entre otras”, explicó el investigador a SLT-FAUBA.
Además, subrayó la necesidad de implementar la normativa por la falta de diversidad que posee la mayoría de los sistemas agrícolas nacionales, dominados por monocultivos. “Estamos en una situación crítica. Hemos perdido una gran diversidad de paisajes. Es importante recuperarlos porque, asociado a esa falta, perdimos aspectos fundamentales para el bienestar social en general”, aseguró.
El científico del Conicet además mencionó que “la conservación del 2,5% de la superficie se podría desarrollar incluso en tierras marginales, donde se maximizan los servicios ambientales y no se compite con lugares de altos rendimientos. De hecho pueden potenciar los rindes de los cultivos aledaños”.
Garibaldi destacó que “en los lugares de bosque, dentro de la Amazonia, que es buena parte de Brasil, sólo se puede cultivar el 20%. Estos números están muy por encima de la Ley que planteamos en la Argentina, donde no contamos con una regulación específica para ambientes cultivados. Aquí sólo existe la Ley de Bosques, pero nuestro proyecto es mucho más simple y sólo apunta a estos dos aspectos: promover la diversidad de hábitats y preservar un mínimo de hábitat natural y seminatural en ambientes cultivados”.