En el Chubut, las existencias ovinas rondan los 4 M de cabezas con una tendencia a la recuperación después de sucesivas crisis vinculadas con la producción de lana. No obstante, en la provincia algunos productores apuestan al mejoramiento genético como forma de crecimiento.
El establecimiento Laguna del Toro, propiedad de Carlos Otamendi, plantea trabajar con un núcleo de progenie abierto. La selección se hará por vellón sucio, finura y rinde al peine.
La idea del establecimiento es crecer con genética merino de Australia, que trae información de DEP’s (diferencia esperada de progenie). Gracias a la Ley Ovina accedieron a un crédito por $100.000.
Según explicó el destacado clasificador de hacienda de Australia (referente en genética), Michael Elmes, “el análisis respecto de la importancia de un reproductor tiene como elementos fundamentales la lana, su conformación corporal y el buen hueso presente en las patas delanteras del animal”.
En estos sistemas, la producción de carne es secundaria. En un campo promedio, el dinero que se obtiene por venta de carne sólo representa 17% de los ingresos. Las ovejas son principalmente de raza merino australiano, para producir lanas finas.