El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), y el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) firmaron un convenio para desarrollar a futuro la síntesis de feromonas que se utilizan para el control de la plaga Lobesia botrana, comúnmente conocida como polilla de la vid.
“Nos parece sumamente importante articular con los organismos y el sector privado, y este es un buen ejemplo para mejorar la productividad, lo que redunda en un beneficio para la población en general” expreso Sandra Mayol, directora del INTI.
Cabe recordar que esta plaga es la principal amenaza sanitaria de la vitivinicultura mendocina, con un impacto en la producción de hasta 50%, en caso de no efectuarse acciones para su control.
TÉCNICAS PARA COMBATIR LA POLILLA DE LA VID
El uso de técnicas específicas y no contaminantes, como en este caso la denominada de “confusión sexual”, permite disminuir los riesgos al combatir plagas agrícolas.
¿Cómo se provoca esa confusión sexual? Por la impregnación en el aire de una feromona que emiten los difusores.
Los difusores liberan feromona y generan una nube que produce en los machos confusión, ya que no pueden percibir el olor -la feromona- que liberan las hembras vírgenes, por lo que no las encuentran para producir la cópula.
De este modo, se evita la incubación por parte de la hembra.
Julieta Comín, directora de Desarrollo Tecnológico e Innovación del INTI, sostuvo que “este es un proyecto muy interesante que está en etapa inicial. Aspiramos a producir este activo ecosustentable para los productores de vid”.
EL PLAN DE TRABAJO CONTRA LA LOBESIA BOTRANA
Actualmente se trabaja en las primeras etapas de selección de rutas sintéticas y, en paralelo, se avanza en el diseño del dispositivo que libera la feromona en campo.
Las feromonas sintéticas son fundamentales para un control ecológico, pero la adquisición de difusores de feromonas siempre está sujeta a la disponibilidad de los recursos y al nivel de stock en el mercado local, y no necesariamente a la cantidad de insumos que el programa ha requerido.
En este sentido, Mariel Vanín, secretaria técnica del Iscamen, sostuvo: “Al tratarse de un insumo importado, se complica la planificación de las campañas de control, que dependen del stock de las empresas y de los precios, lo que genera incertidumbre en los organismos de control y en los productores. Tener la elaboración de la principal herramienta generará fundamentalmente certidumbre para avanzar en el control de la plaga”.
Por su parte, Sergio Moralejo -Subsecretario de Agricultura y Ganadería de la Provincia- consideró que la firma de este convenio entre el INTI y el Iscamen “es un buen comienzo para, en los próximos años, contar con una producción propia de feromonas y, sobre todo, significa transferencia tecnológica, tanto para la provincia como para todas las provincias vitivinícolas del país. Adicionalmente, tenemos la Bioplanta, donde creemos que podría funcionar la producción”.