Según el relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires al 14 de agosto, las precipitaciones de los últimos quince días cayeron por debajo de los valores pronosticados. Este proceso no perjudicó a la Región Pampeana, que cuenta con buenas reservas de humedad, pero fue negativo para el oeste y centro de la Región Chaqueña, donde se necesitan prontas lluvias para promover la siembra del girasol, muy demorada hasta la fecha.
La perspectiva elaborada por el Departamento de Estimaciones y Proyecciones Agrícolas, indica que se esperan lluvias para los próximos días sobre gran parte del área agrícola, aunque el epicentro de los fenómenos se ubicará sobre las costas del río de la Plata, donde se registrarán tormentas de cierta intensidad.
La Región Pampeana, la Mesopotamia y el este de la Región Chaqueña observarán precipitaciones moderadas a abundantes. El oeste y centro de la Región Chaqueña recibirá valores moderados a escasos, y el Noroeste Argentino registrará lluvias dispersas. Detrás del frente hará su entrada una masa de aire frío, que provocará posibilidades de heladas al sur de La Pampa y Buenos Aires. Este proceso continuará incrementando las reservas de humedad en la Región Pampeana, la Mesopotamia y el este de la Región Chaqueña, afianzando las perspectivas de producción de los cultivos de invierno y generando buenas condiciones para la siembra de los de verano.
Al 14 de agosto se implantaron localmente 5,77 millones de hectáreas (M/h), de las ahora proyectadas 6,1 M como intención final, lo que lleva la siembra de trigo de todo tipo a un aumento de 3% con relación a la temporada precedente. Las buenas condiciones de humedad en los suelos del sudoeste-sudeste de Buenos Aires y en los del centro sur de La Pampa llevan el progreso de la siembra a 94,6% del total estimado. En estas regiones faltan implantar unas 300 mil hectáreas con variedades de ciclo corto, que se prevé finalizará en los próximos 10 días. Continúa el deterioro de los plantíos en Salta y Tucumán por la falta de agua, cultivos que ya habían entrado en la etapa reproductiva. En el Chaco fue muy poco lo que se pudo sembrar, por lo que la producción de las provincias norteñas, sumada la de Santiago del Estero, será seguramente inferior a la de la campaña precedente. También es necesario con urgencia el aporte de agua en el centro-norte de Santa Fe y en el nordeste de Córdoba, ya que el cultivo temprano comienza a encañar con déficit de humedad y podría comprometerse el número de tallos y la cantidad de espiguillas por espiga.
En mejor situación se encuentra la condición de los plantíos en el sur, sudoeste y este de Córdoba; en el centro-sur santafesino, y en el norte y noroeste de Buenos Aires. La humedad acumulada les permite macollar sin dificultades. Este escenario es válido también para el sudeste bonaerense (Mar y Sierras), donde mayoritariamente los trigos de ciclo largo se encuentran con cuatro hojas y formación del primer macollo.
Los tardíos están en emergencia e iniciación de hojas. En el sudoeste no falta mucho para que se completen las coberturas previstas.
El panorama general del cultivo, salvo las zonas en donde falta humedad, es muy bueno. No obstante habrá que seguir la evolución climática. Un período excesivamente húmedo en la zona central triguera podría aumentar el riesgo sanitario como en años anteriores, donde las enfermedades foliares disminuyeron los rindes.
En cuanto al girasol, la siembra lleva demoras por demás preocupantes en las provincias norteñas del Chaco y Santiago del Estero. La humedad sigue ausente y su prolongación por dos semanas más causará el abandono de no pocas de las implantaciones previstas, con lo cual la estimación que aún sostenemos para todo el país en 2,15 millones de hectáreas, podría recortarse.
A nivel local se prevé que solamente se ha sembrado 1,5 % del total (unas 33.000 mil hectáreas), cuando para igual fecha del año anterior se había cubierto 9,3% equivalente a 218.000 hectáreas. En el Chaco donde se espera cultivar entre 350 y 400 mil hectáreas, la continuación del período seco podría frustrar la intención de los productores locales. Parecido escenario se observa en Santiago del Estero, donde sólo se cubrió un 5% del área prevista. También la siembra que se había iniciado en el norte de Santa Fe quedó paralizada por la seca.