Nuevos estudios sobre la situación de la brucelosis bovina en la región de Río Negro indicarían que no se han hecho avances significativos en el control de la enfermedad desde la década del 50, cuando se registraron los primeros casos.
Por el contrario, desde el último muestreo, realizado en 1987, la situación ganadera provincial demostró cierta precarización.
Según el último relevamiento llevado a cabo por la Dirección de Ganadería de Río Negro, la Funbapa y el INTA Bariloche, sobre 1.774 muestras de sangre de vacas adultas, pertenecientes a 182 establecimientos, el 21,4 por ciento posee brucelosis, en comparación con los 16,67 por ciento con positividad en el 87.
En el muestreo actual, el 3,7 por ciento de los animales mostraron infección, contra el 2,78 por ciento anterior. A su vez, del total de los establecimientos relevados en la actualidad, la cantidad de animales con brucelosis varió entre un 10 y un 40 por ciento.
Estos datos estarían indicando que la situación actual de la enfermedad “es peor a la registrada hace 17 años atrás, ya que habría un 4,73 por ciento más de establecimientos infectados”, aseguró Carlos Robles, jefe de Salud Animal del INTA Bariloche.
En este contexto, el especialista recomendó realizar “un profundo análisis crítico de las estrategias de control aplicadas en los últimos años, ya que no se ha logrado controlar la enfermedad”, a pesar de las importantes erogaciones públicas y privadas.
Para Robles, el talón de Aquiles del programa nacional de control y erradicación de la brucelosis -una enfermedad que afecta la capacidad reproductiva del ganado y se transmite al ser humano, con patologías de dificultosa curación- estaría en su diseño exclusivo para la pampa húmeda.
El veterinario reconoció que, si bien existe la tecnología, ésta debe adecuarse a las características agroecológicas y a los sistemas de producción de cada región en particular y recalcó que en la Patagonia es imposible encerrar a los animales como se hace en zonas más benignas.
Finalmente, Robles aseguró a Infocampo que “cada provincia debería comenzar a ver qué ocurre en su territorio”, para que no ocurra como en la Patagonia, donde “lo que falla es la estrategia ya que las vacunas funcionan”.