El gobierno brasileño está en tratativas con el Banco de Cooperación Internacional de Japón para la obtención de un préstamo de u$s300 millones para ser invertidos en la producción de combustibles de origen vegetal, como alcohol de caña de azúcar y biodiesel.
Los términos del acuerdo están siendo discutidos por funcionarios de ambas partes, según informó el ministerio de Agricultura de Brasil.
Asimismo, otros u$s300 millones serán aportados a Brasil por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y se sumarán para desarrollar el polo nacional de biocombustible, que será construido en Piracicaba, municipio del Estado de San Pablo. Parte de la inversión se destinará a la expansión de la industria del etanol, a partir de la caña de azúcar.
Por su parte, Brasil deberá discutir con Japón el precio y la logística de transporte de etanol al país asiático. Japón incorporó por ley, en marzo de este año, hasta 3% de biocombustible (bioetanol) a la gasolina común. Según Roberto Rodríguez, ministro de Agricultura brasileño, esta decisión puede representar una demanda de 10.000 millones de litros de alcohol combustible por año en el mercado japonés. Para suplirla, Brasil debe aumentar en al menos dos millones de hectáreas sus áreas de plantaciones de caña de azúcar. Brasil produce actualmente 12.600 millones de litros de etanol a partir de la caña de azúcar, y además de satisfacer su mercado interno (donde es permitida una mezcla de hasta 25% con la gasolina) busca expandir sus exportaciones de biocombustibles hacia China, la Unión Europea y los Estados Unidos. País, este último, que consume por año unos 8.000 millones de litros de etanol, principalmente a partir de maíz, y cuyas nuevas legislaciones ambientales apuntan a triplicar el consumo del producto para el 2012.