En el siglo XVIII el economista clásico Thomas Robert Malthus tenia la teoría de que mas tarde o mas temprano la demanda de alimentos superaría la capacidad de ofrecerlos. “La población humana crece indefinidamente en un planeta cuyas tierras cultivables son un recurso finito e incluso en descenso” decía Malthus. En términos ecológicos anunciaba que la especie humana superaría su capacidad de carga y consideraba al hambre la forma mas terrible de controlar la población.
En Bolivia comenzaron a manifestarse algunos indicios que podrían ser comparables con esta Teoría. A pesar de tener 30 millones de hectáreas productivas, en la ultima década incremento cuatro veces la importación de alimentos. Un claro ejemplo se produce a partir de 2011, cuando aprobada la Ley 144 de Revolución Productiva Comunitaria, se cerró el ingreso de maíz transgénico para cultivo y el año pasado Bolivia tuvo que importar maíz argentino porque su producción fue insuficiente.
“Nosotros estamos con una productividad bajísima porque los transgénicos combaten plagas bastantes agresivas. Estamos realizando entre 5 y 7 aplicaciones de agroquímicos que incrementa los costos, por eso los productores ya no quieren sembrar maíz porque todos los años pierden plata”, expresó el gerente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Edilberto Osinaga,
Añadió que Bolivia tiene rendimientos de 3 toneladas por hectárea en maíz porque no se utiliza la biotecnología, en cambio en países como Argentina y Paraguay los rendimientos oscilan entre 9 y 10 toneladas con biotecnología.
Por esta, entre otras razones, el presidente Evo Morales solicitó a los empresarios de Santa Cruz presentar una propuesta para el uso de Organismos Genéticamente Modificados en soja, maíz, algodón y caña de azúcar. Antes de abril el sector agropecuario debe buscar especies resistentes a factores como sequía, malezas y ataque de plagas, para presentar la propuesta sobre el uso de transgenicos al gobierno.
