“En 1999 llegamos a cultivar una tonelada y comenzamos a comercializarla acá en Buenos Aires. Para esa época, en donde estaba todavía la convertibilidad, toda la ostra que se consumía era de Chile, se importaba anualmente alrededor de 70 toneladas y se pagaba a alrededor de 5 U$S/kg. Hoy estamos vendiendo a 3 $/kg”. Comentó a Infocampo el Dr. Juan Ignacio Urizar, quien hoy es el presidente de la Cooperativa Ostrícola Los Pocitos, en el departamento de Carmen de Patagones, al sur de la provincia de Buenos Aires.
El precio bajó porque hubo un crecimiento de los bancos y porque mucha gente sólo hace extracción. En 2001, con el fin de la devaluación se deja de importar de Chile, justo en el momento en el que se empieza a producir en mayor cantidad en Patagones. En 2002 la provincia creó un plan de aprovechamiento productivo de la ostra del Pacífico y le da un permiso anual a 61 personas. Los requisitos son: ser del lugar y cumplir con una extracción mensual de los bancos de un máximo de 300 kilos de otras frescas (con valva) y el uso de una parcela para cultivo. Como ese cupo muchas veces no se cumple, termina influyendo negativamente en los precios por la sobreoferta posterior. “Lo que hay que hacer es una buena fiscalización de la extracción de la ostra de banco para que no influya en la ostra de cultivo. Porque sino estamos en una actividad sólo extractiva y eso no solamente atenta contra la actividad, por la no renovación de recurso, sino que además no se utiliza tanta mano de obra y eso influye negativamente también en los trabajadores del lugar, por el desempleo”, dijo Urizar, y agregó: “ahora con mi esposa invertimos en una pequeña planta de conservas y ya en un mes vamos a salir a comercializar en el mercado interno. Lo preparamos en aceite de girasol, en sus variedades: Ahumada, al limón, con nueces y con queso a las finas hierbas; y lo estaríamos vendiendo al consumidor a un precio de alrededor de 22 pesos los 170 gramos”. En agosto la Cooperativa presentó a la provincia un proyecto para hacer una planta con mayores dimensiones, para poder poder exportar. La planta la construirían en unos 8 meses y poco tiempo después ya estarían enviando al exterior. Principalmente a China, Japón, Taiwán. Ya que estos países son, por cultura, grandes consumidores de ostras.
Alejandro Cavalli | infocampo@infobae.com
