Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) estudiaron cómo tres ambientes contrastantes de la provincia de Tucumán influyeron sobre la producción de distintas variedades de la batata, para poder aportar al mejoramiento genético del cultivo y fomentar su industria.
Según el portal de divulgación científica “Sobre La Tierra” (SLT-FAUBA), los investigadores destacaron que mientras que las temperaturas y las precipitaciones determinaron en mayor medida los rindes, la calidad se relacionó más con la genética
“Al igual que muchos cultivos, la batata, o por su nombre científico Ipomoea batatas, tiene muchas variedades. Dado que en la Argentina casi el 83% de su producción se concentra en la Región Pampeana y en el NEA, los productores del resto del país toman como referencia esos rindes y eligen las variedades a partir de esa información. Sin embargo, al cosechar se suelen encontrar con una productividad muy diferente”, explicó Rodrigo Borioni profesional del INTA y egresado de la Maestría en Producción Vegetal de la Escuela para Graduados de la FAUBA.
Según SLT-FAUBA, el investigador estudió seis variedades de batata y analizó cómo se modificaron sus rendimientos y calidades al cultivarlas en tres condiciones ambientales diferentes en Tucumán, provincia en donde se producen casi 10 mil toneladas de esta hortaliza. El ensayo abarcó temperaturas medias diarias entre 18 y 25 °C, y precipitaciones entre 233 y 950 milímetros. Rodrigo trabajó con variedades como Beauregard (o boniato), cuya raíz comestible es rosa por fuera y naranja por dentro, con otra llamada Colorado-INTA, que tiene raíces de piel morada y pulpa naranja, y con la Famaillá-6, que es totalmente blanca.
En este sentido, destacó: “Luego de tres años de ensayos registramos una nueva variedad de batata en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y establecimos cuáles son los factores que más influyen en el rendimiento del cultivo y en su calidad para la industria. Las distintas condiciones ambientales definieron gran parte de los rindes, y la genética determinó de forma directa la calidad”.
Cabe señalar que la batata ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de producción de hortalizas de raíz. En la Argentina, los productores de distintas regiones cultivan diferentes variedades que, en total, rinden 190 mil toneladas al año. Como existe poca información sobre cuál se comporta mejor en cada ambiente, las calidades y los rendimientos fluctúan notablemente en todo el país, informó SLT-FAUBA.