“Se habían cebado”, le dice Oscar Merlo a Infocampo, dueño del tambo educativo que está en el Colegio San José de Balcarce, provincia de Buenos Aires.
El sábado a la madrugada, un grupo de malvivientes faenó a una vaquillona de este tambo que Merlo tiene en sociedad con colegio y destinado a que los estudiantes agrotécnicos puedan conocer más sobre la producción lechera.
Dice que estaban “cebados” porque no fue la primera vez para la institución. Hace dos meses mataron a un ternero de la granja y unos días después de la vaquillona hicieron lo mismo con un potrillo. En la zona hay más casos en la últimas semanas.
Sin embargo, por ahora, esta ola delictiva se frenó. Este martes, a la tarde, los delincuentes fueron localizados por la policía. Eran vecinos ya que, tanto el tambo como la escuela, están a 1.500 metros del casco urbano.
Según reportó el comisario a cargo del allanamiento, y se lo comunicó a Merlo, terminaron presos en el cárcel de la localidad de Batán. En su poder tenían un arsenal de cuchillas, sierras, chairas, piedras para afilar y un arma, también la carne y las caravanas identificatorias. No había dudas.
“La verdad que es doloroso no solo por el tambo, porque es chico, con 85 vacas en ordeñe, también me duele porque los animales los criamos desde chico, con mamadera. Son mansos. De hecho, cortaron el alambrado porque al animal se lo llevaron caminando. Y, sobre todo, me duele porque también este espacio sirve para los chicos“, se lamenta, explicando que a la vaquillona la faenaron a un costado del alambre que es la calle de uno de los ingresos a la ciudad.
Asimismo, explica que, “este tambo lo armamos hace siete años y decidí hacerlo por varios motivos, más allá de los objetivos asociados a mi negocio. Cuando era chico siempre recuerdo que el colegio nos llevaba a visitar la fábrica de alfajores o de caramelos. Eso me incentivó, hace unos años, a armar esto para el colegio y para que los estudiantes pudieran ver de cerca dónde se originan los alimentos que consumen”, dice.
Con su tambo, Merlo se autoabastece de la leche para su fábrica de helados, “Don Nicola SRL”, tradicionales en esa ciudad, con 50 años de historia y la leche remanente la vende a la usina “El Amanecer”.
“A partir de esto, vamos a redoblar la seguridad en el tambo, pero estos son ligerísmos“, dice. En el fondo está más tranquilo que los hayan identificado y estén presos, pero sabe que pronto estos delincuentes puede hacer lo mismo porque tan rápido recobran su libertad.