La semana pasada, la Fundación INAI procedió a actualizar el denominado “Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial y Argentino al año 2023 (ERAMA 2023)”. Este estudio –al igual que el del año anterior- permite identificar las principales tendencias para los próximos 10 años para el campo y la agroindustria argentina, incentivando el debate sobre las estrategias a seguir para mejorar la inserción de Argentina en el comercio internacional.
Se trata de una visión de largo plazo sobre los niveles de comercio internacional, producción, consumo y exportaciones para distintos productos en nuestro país, basado en el concepto de “escenario continuación”. La Fundación aclara siempre que el ERAMA no representa un pronóstico acerca del futuro del sector agroindustrial. Es un modelo matemático –no econométrico- que estima simplemente lo que sucedería -en el largo plazo- bajo las siguiente condiciones: a) si se cumplen supuestos específicos sobre condiciones macroeconómicas, b) si hubiera continuidad y se mantuvieran vigentes las actuales políticas públicas en Argentina y otros países, c) si persistieran condiciones meteorológicas normales, d) si continuaran vigentes acuerdos y acontecimientos internacionales, entre otras cuestiones.
El modelo analiza los productos más relevantes de las principales cadenas de valor agroindustriales de Argentina: cereales, oleaginosas, aceites, harinas, algodón, azúcar, carne bovina, porcina, aviar, leche cruda, leche fluida, manteca, queso, leche en polvo, biodiesel, bioetanol y DDGs.
Recordemos que la Fundación INAI es un emprendimiento impulsado por importantes entidades de nuestro medio: Bolsa de Comercio de Rosario, Bolsas de Cereales de Buenos Aires, Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Bolsa de Cereales de Córdoba, Bolsa de Comercio de Santa Fe, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, el Centro de Exportadores de Cereales, la Federación Argentina de la Industria Molinera y la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales, entre otras.
Los resultados a los que arriba el ERAMA en el último informe son sumamente interesantes y ameritan su lectura, ya que es un insumo indispensable para formalizar un debate sobre el futuro del campo y la agroindustria en nuestro país.
Algunas de las conclusiones más relevantes las expondremos en este informe referidas a los siguientes temas: producción y exportación de granos, área sembrada y rendimientos previstos para los distintos cultivos al 2023/2024.
a) Según el ERAMA 2023, la producción de granos en Argentina aumentaría, bajo un escenario continuación, de un nivel de aproximadamente 105,7 millones de toneladas en 2013/2014 a 127,9 millones de toneladas para 2023/2024, lo cual representa un aumento de 2,2% anual. Implica un crecimiento de 22 millones de toneladas adicionales en el término de 10 años.
El informe indica que es importante considerar que la producción de granos en Argentina creció en la última década (campañas 2003/2004 a 2012/2013) a un promedio de 3,2% anual. Si en cambio se toma un promedio de 20 campañas el crecimiento fue de 4,5% anual. Esto implica que el crecimiento previsto para los próximos 10 años será menor que el evidenciado en las últimas dos décadas.
b) Por otro lado, el área cosechada en Argentina con cereales y oleaginosas aumentaría a razón de un 1,2% anual, pasando de 30,8 a 34,1 millones de hectáreas en 10 años (3,4 millones de hectáreas adicionales según tabla N°1). Comparando con el crecimiento en producción, se deduce que un 52% del crecimiento se explicaría por expansión de área. Si se analiza lo ocurrido en las últimas 20 campañas, en cambio, la expansión de área explicó un 70% de la producción, lo que implica que el crecimiento de los rendimientos cobraría cada vez mayor importancia.
c) Las exportaciones de granos pasarían –según el ERAMA – de 33,8 millones de toneladas en el 2013/2014 a 46,4 millones de toneladas en el 2023/2024. Es decir que crecerían cerca de 12,6 millones de toneladas en 10 años. Esta cifra es muy inferior al incremento de 22 millones en la producción local, lo cual es un indicio de que aumentarían los usos domésticos, principalmente para procesamiento de las oleaginosas y alimentación animal.
Si a los totales de producción para cereales y oleaginosas se incorporan la caña para azúcar o etanol y el algodón, el área cosechada se ubicaría en 2023/2024 en torno a los 35 millones de hectáreas. De estas, 10,4 millones corresponderían a cereales, 23,8 a oleaginosas, 500 mil a algodón y 284 mil a caña de azúcar (Tabla 2).
La mayor expansión de superficie se espera en las oleaginosas, en particular la soja, con 2,3 millones de hectáreas adicionales cosechadas. En segundo lugar, el trigo se recuperaría con respecto a la campaña 2013/2014 en 581 mil hectáreas.
Por último, en lo referido a los rindes, la tabla N°3 muestra las previsiones por producto para los próximos 10 años. Según el ERAMA el rinde de la soja pasaría- en promedio- de 28 quintales por hectárea a 30 quintales por hectárea en el 2023/2024. También crecería el rinde promedio en maíz: de 7,5 toneladas por hectárea a 8,3 en la campaña 2023/2024.
En trigo, el crecimiento sería de 30 quintales promedio por hectárea en el 2013/2014 a 35 quintales en la campaña 2023/2024. El resto de los cultivos también presentarían mejoras, salvo el algodón que permanecería estable en 6 quintales por hectárea.
* Julio Calzada,
Director de Información y Estudios Económicos
de la Bolsa de Comercio de Rosario.