La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) dio a conocer su índice correspondiente al mes de diciembre que mide la participación del Estado en la renta agrícola, el cual dio como resultado que de cada $100 que genera el agro, $59,2 se van en impuestos.
La medición abarca los principales granos de nuestro país, donde la soja es el más afectado por los diferentes tributos con el 64,6% de participación de los diferentes niveles del Estado, seguido por el maíz con el 49,7%, el trigo con el 55,2% y por último el girasol (quien menos impuestos por retenciones paga), con 49%.
En el desglose de los impuestos, se puede observar que el 61% son no coparticipables (impulsados por los derechos de exportación y el impuesto a los créditos y débitos bancarios), el 34% son coparticipables (Ganancias e IVA), y el 5% restante corresponde a impuestos recaudados directamente por provincias (4,5%) y municipios (0,5%).
Respecto a la evidente falta de federalismo de los impuestos, el economista jefe de FADA, David Miazzo, comentó que “esto afecta de manera negativa al federalismo por tres cuestiones: la primera, es que se incrementan los recursos no coparticipables en manos de Nación; la segunda, es que se reducen los recursos coparticipables por reducción del impuesto a las ganancias; la tercera, es vía los recursos que salen de las regiones productivas en el marco de la suba de derechos de exportación”.
Si bien el índice de FADA del 59,2% es un promedio nacional, cabe preguntarse qué sucede en cada provincia. En ese marco quien tiene mayor incidencia en la renta agrícola es Entre Ríos (62,3%), Buenos Aires (60,7%), Córdoba y La Pampa (58,7%), Santa Fe (58,4%) y San Luis (57,1%).
De todas maneras, Miazzo aclara que hay que tener en cuenta qué cultivo se produce en cada provincia, porque por ejemplo “en el caso de San Luis, que tiene el índice más bajo, se debe a que se produce una mayor cantidad de maíz, que es el cultivo con menos participación del Estado, no a una menor presión fiscal en sí”.