La Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Nacional de Cuyo, busca respaldar el pedido de la Asociación Olivícola de Mendoza, ante el Ministerio de Agricultura de la Nación, para obtener este sello de calidad de “indicación geográfica” por el aceite de oliva procesado en la región. De conseguirlo, sería la primera provincia en lograr esta distinción.
Para esto se están llevando una serie de investigaciones que buscan respaldar la tipicidad única del aceite de oliva virgen extra (AOVE) del norte de la provincia cuyana, con miras a lograr este certificado.
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Desde la Universidad están convencidos que poder acceder al sello va a ser muy positivo para el sector. Entienden que puede servir como herramienta comercial para ganar nuevos mercados, para revertir la tala de olivos, la reconversión o el abandono de la olivicultura por negocios inmobiliarios.
“Entendíamos y podíamos comprobar, por medio de análisis físico-químicos y sensoriales, las características diferenciales del aceite de oliva producido en Mendoza”, explicó la licenciada en Bromatología, Mónica Mirábile, en relación al aporte concreto de la Universidad.
Los análisis
Es un trabajo que realizan primero en la Fábrica Experimental de la Facultad, donde se reciben las aceitunas y se determina variedad e índice de madurez. Luego, se toman muestras de los aceites obtenidos para evaluarlos fisicoquímica y sensorialmente en los laboratorios del IBAM y del Panel de Cata de Aceite de Oliva, único laboratorio sensorial de Mendoza homologado por el Consejo Oleícola Internacional (COI).
Las muestras en estudio no sólo provienen de aceites de oliva vírgenes de la Fábrica de la Facultad, sino que también se utilizan muestras de socios de la Asociación Olivícola de Mendoza (ASOLMEN).
“A estos aceites, les evaluamos su calidad a través de los atributos sensoriales, obtenemos sus perfiles y posteriormente se realizan los análisis físico-químicos que permitan diferenciarlos”, relató Verónica Araniti, quien tabaja con un proyecto de investigación centrado en evaluar la calidad diferencial de estos aceites.
“La combinación de nuestro clima con todo lo que hace al manejo del olivar y a las variedades de oliva que hoy tenemos en Mendoza, nos permite obtener aceites de muy buena calidad, con algunas características distintas a los obtenidos en otras zonas del país”, aseguraron las investigadoras.