El consumo de carne por habitante es de 66,9 kilos anuales y representa, a cifras de octubre último, un aumento de 8,2 por ciento respecto del mismo período del año anterior, de acuerdo con un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina.
En su informe, la Cámara señaló que de esta manera “por segundo trimestre consecutivo, el consumo interno por habitante comenzó a mostrar el valor máximo de los últimos once años”.
En materia de cifras nacionales, en octubre el consumo interno de carne vacuna llegó a 238,9 mil toneladas res con hueso, y elevó hasta 2,207 millones de toneladas el consumo acumulado en los primeros diez meses de 2007.
De esta forma, se mantuvo como el más alto para el período considerado de los últimos doce años. En comparación con enero-octubre de 2006 el consumo interno creció 6,2%, lo que significa unas 129,3 mil toneladas más, entre los períodos analizados.
El informe señaló que el crecimiento de la absorción doméstica de carne vacuna que se verificó a lo largo de 2007 se explicó por dos factores: producción y cuotificación de exportaciones.
En primer lugar, la producción de carne creció 4,5%, aportando 113.811 toneldas más que en similar período de 2006.
En segundo lugar, producto de la cuotificación de las exportaciones de cortes congelados y frescos extra-Hilton, las ventas totales al exterior verificaron una contracción de 3,5%, con lo cual liberaron 15.483 toneladas en términos interanuales.
La faena total de octubre fue de 1.367.812 cabezas de ganado vacuno, lo que significó un alza de 18,6% mensual y 8,9% interanual. Dicho registro significó un nuevo salto y marcó el segundo valor más alto de la serie mensual que se inicia en 1990, ya que el récord corresponde a agosto de este año.
En el período enero-octubre de 2007 la faena total alcanzó un nivel de 12,17 millones de cabezas, lo que representó un alza de 10,3% respecto del mismo lapso de 2006.
Hasta junio pasado el crecimiento de la faena en relación con el año pasado, se había explicado por el impacto de la suspensión transitoria de las exportaciones en abril-mayo de 2006.
A su vez, entre julio y agosto se reflejó la incidencia de la sequía, que afectó a varias regiones productivas y forzó la venta anticipada de la hacienda.
En septiembre la venta de hacienda fue menor producto de las abundantes lluvias que impidieron durante más de diez días el normal desplazamiento de los animales enviados a faena, en tanto que en octubre quedó normalizada la situación con los masivos envíos registrados.
Fuente: Télam
