Luciano Orden (INTA Hilario Ascasubi, Buenos Aires), Walter Carciochi (Unidad Integrada INTA – Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, Buenos Aires) y Javier Ferrari (INTA Bariloche, Río Negro); formularon pellet de compost a partir de residuos pecuarios provenientes de estiércoles vacunos y ave de corral, con el objetivo de diseñar una nueva estrategia de fertilización biológica.
¿Lo pusieron a prueba? Obvio, y los resultados preliminares de la fertilización realizada en trigo determinaron que luego de su aplicación, el cereal rindió un 19% más en comparación con las fuentes de nitrógeno (N) y fósforo (P) inorgánico.
Según destaca la publicación del INTA Informa, el equipo de investigadores aplicó el concepto de “economía circular de residuos agroindustriales”, cuyo eje central apunta al reaprovechamiento de los residuos orgánicos. Ahí crearon este fertilizante órgano-mineral pelletizado (fuente de nitrógeno y fósforo), que luego probaron a campo.
El ensayo se realizó en el campo experimental de la Unidad Integrada INTA – FCA Balcarce, sobre un Argiudol Típico, serie Mar del Plata. La fertilización fosfatada, tanto inorgánica como órgano-mineral se realizó a la siembra, mientras que el nitrógeno (ambas fuentes) se aplicó al boleo en superficie en el momento de dos macollos.
Carciochi destacó al respecto que “con el uso de fertilizantes órgano-minerales el rendimiento del trigo se incrementó un 19%, respecto a las fuentes inorgánicas”, y agregó: “El número de granos por unidad de superficie siguió una tendencia similar a la observada para rendimiento, mientras que ambos tratamientos de fertilización incrementaron la concentración de proteína y de gluten en grano, en similar magnitud”.
Durante el proceso de pelletización , el compost alcanza una humedad inicial cercana al 60%. Luego, se seca hasta alcanzar entre un 12 y 15% de humedad, valor óptimo para la pelletización, y posteriormente se deja orear hasta lograr entre un 3 y 5%.