En los últimos años la provincia de San Luis fue creciendo en agricultura y ganadería sumando hectáreas y tecnología, junto a la avicultura que también sentó sus bases.
Con el crecimiento provincial también se impulsó el desarrollo turístico y como valor agregado el agroturismo.
Desde la Villa de Merlo, hace cinco años que se realiza un recorrido a los pueblos rurales denominado Circuito Sur de Turismo Recreativo Rural del Valle del Conlara, en el que se visitan chacras y granjas.
En el recorrido se encuentra el Museo La Brasa, donde se exhiben elementos como aperos, monturas, estribos, frenos, armas antiguas, monedas, documentos, ponchos, fajas y se realizan charlas vinculadas con la tradición.
También se recorre la finca Irideus, de criadero de truchas Arco Iris en represa alimentada por agua natural, y este campo cuenta con animales de granja. Otro de los establecimientos es Agroproductivo Los Molles, donde hay cultivo de hierbas aromáticas y medicinales, se explican la forma de cultivos, procesamientos y se realiza la venta de productos tales como especias, condimentos y aceites esenciales. Roberto Genovese, dueño del establecimiento, explicó que las actividades en el medio rural tienen un auge y una pujanza notables en los últimos años. âLos períodos fuertes son los de vacaciones de verano e invierno y en los últimos dos años el turismo fue permanenteâ, explicó Genovese. Además comentó que el negocio del turismo le permitió aumentar las ventas y posicionar los productos que elaboran .
En el recorrido también se puede visitar LaRinconada, donde se crían ñandúes y se venden productos tradicionales. Este año se sumó un criadero de estos animales en La Toma.
Como parte del recorrido también se encuentra el establecimiento Los Nadis, que es una fábrica de quesos artesanales elaborados con leche de cabra, oveja y vaca, donde también se realizan quesos naturales y especiados. A estos productos se le suman el dulce de leche de vaca y de cabra. A través del agroturismo se incrementó la elaboración de estos productos.
Muchos de los sitios del recorrido funcionan desde hace años como criaderos o elaboradores de productos, y los dueños de los establecimientos vieron en el turismo rural un nicho de importancia para generar un nuevo negocio.