Algunos participantes de la demanda han comenzado a implementar sus propios análisis para determinar la calidad de los granos recibidos sin permitir que laboratorios autorizados validen los resultados en caso de discrepancias con el vendedor de la mercadería.
Desde la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales, entendemos que esa práctica no solamente atenta contra la transparencia, sino que además podría estar violando lo dispuesto en la resolución SAGyP 1075/94 que regula los procedimientos para tomar muestras y realizar análisis de calidad de granos, el art 6to. de la Resolución que puso en vigencia el tan defendido sistema SIOGRANOS entre otras.
La toma adecuada de muestras y su posterior examen en laboratorios oficialmente habilitados es la única garantía, tanto para el comprador como para el vendedor, de que la mercadería recibida responde a la calidad contratada y pagada.
La adecuada protección de los intereses de las partes se desvanece si no se toman correctamente las muestras al momento de la descarga de la mercadería en puertos, fábricas e Industrias, porque, sin ese paso fundamental, no se pueden luego realizar las verificaciones técnicas necesarias para comprobar la sanidad de los granos y el cumplimiento de las calidades ofrecidas. Por otra parte, el hecho de que esa información sea pública es un activo clave para determinar políticas de Estado orientadas a mejorar la calidad de los principales productos de exportación argentinos.
El costo de pasar por alto el muestreo y saltear los procedimientos que hicieron de la Argentina una gran nación agropecuaria, seguramente será mucho más elevado que el que supuestamente se pretende reducir al determinar la calidad por métodos propios no auditados.
La existencia de normas logradas en el marco de un consenso institucional, que permitió el surgimiento de Bolsas de Cereales, Cámaras Arbitrales y Mercados a Término, dieron al comercio de granos en la Argentina una fisonomía particular que varios países de la región han intentado emular. En ese aspecto nuestra nación siempre fue un modelo de organización al reflejar una eficaz interacción público-privada.
Los intentos –por el momento esporádicos– de ignorar tales normas, podrían, en caso de generalizarse, propiciar el desmantelamiento del marco regulatorio y de las instituciones que las resguardan, para retroceder dos siglos, volviendo a un sistema en el cual algún sector de la cadena prevalece sobre otros.