Atanor S.C.A., una compañía que se denomina a sí misma como una âpetroquímica sin petróleoâ, espera concluir este ejercicio con una facturación en torno de los $1.500 millones, contra los $906 millones con los que cerró su balance al 31 de diciembre de 2005.
Lo dijo Miguel Ángel González, presidente de la compañía, en diálogo con Infocampo, desde los Estados Unidos, adonde había viajado para participar de la reunión anual del Grupo Albaugh, dueño de Atanor.
Según González, este crecimiento está apuntalado sobre la expansión en el negocio del glifosato, un herbicida total cuyo consumo en la Argentina y el mundo crece de la mano de la siembra directa y los cultivos transgénicos.
âEstamos ampliando la capacidad de producción de nuestra planta en Pilar y construyendo una nueva en Resendes, Brasilâ, adelantó González.
En el vecino país, Atanor compró a Syngenta, Atar do Brasil Defensivos Agricolas Ltda., que poseía una planta en esa localidad, para la fabricación de fungicidas.
Ahora, la empresa de González, un ingeniero químico que ingresó a Atanor en 1973, está reactivando la producción de fungicidas y armando la planta del herbicida.
Pero la jugada se completa con la construcción de una planta en China, junto a un socio de ese país, para la fabricación de pmida, la materia prima para la formulación del glifosato, que se obtiene a partir de fósforo.
âDesde nuestra planta de China vamos a abastecer a las fábricas de Pilar, de Resendes y la del Grupo Albaugh en los Estados Unidosâ, reveló González acerca de la estrategia del grupo.
En la Argentina, el empresario estimó el consumo de este herbicida en unos 130 millones de litros anuales, de los cuales 70 millones serían abastecidos por su empresa. Monsanto es el otro jugador fuerte de este producto.
González sostiene que el ingreso de Atanor en este mercado hizo que los precios del herbicida bajaran. âEl productor es nuestro socioâ, suele repetir, para recordar que a fines de los â80 el glifosato valía más de u$s10 el litro y que en la actualidad ha llegado a costar un tercio de ese valor, y menos también.
Un jugador que apuesta fuerte
La presencia de Atanor en el mercado no pasa para nada inadvertida. âTenemos como meta invertir 50 a 60 millones de dólares al añoâ, suele decir Miguel Ángel González, presidente de la compañía.
Por ejemplo, en los últimos años Atanor adquirió tres ingenios en la Argentina: Marapa, Leales y Concepción, con lo cual pasó a disputarle el primer puesto de la producción a un histórico de este negocio como es el ingenio Ledesma.
En verdad, el interés de la compañía no es el azúcar, sino el alcohol, materia prima para la elaboración de otros productos, como herbicidas, soda cáustica, anhídrico acético y otros químicos.
En el 2005 también adquirió Atar Semillas Híbridas, para registrar poco tiempo después dos híbridos de maíz resistentes a glifosato. En el mercado se sostiene que con las ventas de glifosato puede apalancar la colocación de la semilla. âNos gusta ser un jugador importante en el mercadoâ, suele decir también González.
Javier Preciado Patiño
Jpreciado@infocampo.com.ar
