En esta oportunidad Laura Hansen se convirtió en la primer mujer en ocupar el cargo de directora del INTA San Pedro, desde su creación en 1958.
La selección se realiza cada cuatro años a través de concursos donde se evalúan los antecedentes de los candidatos y se les pide una propuesta de gestión.
Su asunción se da en un marco de trabajo articulado con Armando Constantino, Director saliente. La puesta en marcha de su gestión supone la confluencia de cambios de distintas dimensiones que transita el INTA: su programática, la estructura, y la renovación del plan de trabajo de la Asociación Cooperadora, entre otros.
Los primeros pasos de la nueva directora será compartir la propuesta con el personal, con la Cooperadora y el Consejo Local Asesor; y definir aspectos vinculados a la nueva estructura de la unidad, mientras se avanza en la continuidad de la planificación y en encuentros con las organizaciones e instituciones locales.
“Quizás todo sucedió antes de lo esperado, y sé que para seguir desarrollando ésto que con tanta pasión hago, es necesario dar un nuevo paso. Esta convocatoria es un gran desafío y una oportunidad para seguir creciendo y aprendiendo”, explica la profesional.
la vida de Laura Hansen
Hansen nació en San Pedro y como hija de un productor frutícola primero, y funcionario municipal, después, siempre estuvo cerca del INTA. Se graduó como Ingeniera Agrónoma en la Universidad Nacional de Rosario.
Sus primeros pasos en la institución fueron como pasante a fines de los noventa, y luego transitó distintos espacios como extensionista a través del Programa Prohuerta, Cambio Rural y más tarde ya como personal de planta.
En 2005 fue la principal artífice de INTA en el proyecto “Santa Lucía 2010”, donde confluyeron distintos estamentos de gobierno y la población como parte de un proceso de Desarrollo Local. Pero también desde ese momento comenzó a destacarse por su vínculo con la producción viverística, primero a través de la realización de un relevamiento y luego en un proceso ininterrumpido de acompañamiento del sector en conjunto con SENASA e INASE, para la inclusión de los productores en el sistema formal y luego en un cambio tecnológico que posibilitó a los productores la producción de plantas cítricas bajo cubierta y la de rosales libres de virus.
En los últimos 8 años fue la referente de la Agencia de Extensión local, desde donde motorizó muchas iniciativas que involucraron a viveristas, batateros, agricultores familiares, entre otros. Con sus gestiones se logró financiación externa que hizo realidad procesos complejos y que requieren muchos recursos para hacerse realidad.