Las precipitaciones que ocurren como las observadas en la última jornada pluvial de octubre (cerrada el 01/11), pueden generar análisis confusos. De hecho el pasado mes tuvo se desarrollo como si fuese septiembre, es decir, alternando mejoras parciales, por sectores, condicionando fuertemente la recuperación generalizada que era demandada principalmente para la siembra de maíz y la floración de trigo.
A la luz de las últimas lluvias estos inconvenientes han quedado atrás pero los perjuicios causados por el atraso pluvial de octubre ya se han cobrado su precio en kilos de trigo y hectáreas de maíz, según informó hoy un informe de la consultora Granar.
Durante la última jornada de octubre, la franja central del país fue la receptora de un inusual volumen de agua, un evento anómalo de baja probabilidad de ocurrencia por su extensión y sus registros pluviales. Era lo demandado por la trajinada zona núcleo, pero su ocurrencia no se visualizaba como un escenario posible para salir de la seca, se esperaba algo más progresivo. Hasta antes de esta fecha, las precipitaciones se ubicaban muy por debajo de los valores normales en gran parte de SF, sectores del centro y noreste de CB, sur y norte de ER y la mayor parte del centro norte de BA, acoplando las vecindades de LP. Es decir, toda la zona núcleo cerraba el mes de octubre con una demanda pluvial muy elevada.
Aclarado este punto, es posible analizar el mapa de lluvia y su anomalía. Par la estadística, el pasado mes de octubre tuvo una muy generosa oferta de agua, sin embargo su distribución temporal ha tenido un impacto negativo en el desarrollo de los cultivos y en el despliegue de actividades del inicio de la gruesa. Si bien a lo largo del mes se observaron precipitaciones, las mismas fueron favoreciendo a las regiones agrícolas en forma alternada. El sur de CB, el sur de BA, corredores del centro oeste de ER, el NEA parte del NOA, definen zonas que ya habían alcanzado valore normales de precipitación antes de este último evento. En las últimas horas del jueves 31 y durante la madrugada del 1 de noviembre, las tormentas lograron una vastísima extensión en el centro sur de Santiago, cetro norte de CB y SF, para luego desplazarse en franjas hacia la provincia de ER, disminuyendo hacia el noreste de la región pampeana, e incrementándose nuevamente sobre el NEA. La zona costera del noreste de BA y algunos partidos del interior de la misma región, son los que quedaron menos provistos.
Al traducir las lluvias registradas en anomalías, es decir, en apartamientos de los registros observados respecto de los valores estadísticos del mes de octubre (1973-2012), resalta la sobreoferta de agua en toda la franja central, la cual queda claramente definida por el último evento y quebró de manera abrupta el patrón pluvial deficitario que venía instalado desde la salida del invierno en toda la zona núcleo.