“Las trabas a las exportaciones de aceite impuestas por el gobierno nacional van en contra de toda lógica dado que no debería existir ningún motivo para que exista faltante del producto en el mercado interno”. Así lo afirmó a Infocampo Carlos Sánchez Negrete, miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir).
“La intensificación de los controles responde seguramente a una demostración más de poder por parte del gobierno al sector agropecuario”, indicó Sánchez Negrete, para luego agregar que “primero fue la carne, luego la leche, el trigo y la soja y ahora le llegó el turno al girasol”.
En los últimos días, el gobierno nacional, a través de la Aduana, comenzó a restringir las ventas externas de aceite de girasol por temor a que se produzca desabastecimiento en el mercado interno, según indicaron fuentes oficiales. Las empresas afectadas son seis: Oleaginosa Moreno, Nidera, Cargill, Molinos Río de la Plata, Aceitera Gral. Deheza y Vicentín.
“Las compensaciones para el consumo doméstico de aceite de girasol dejaron de pagarse desde hace un algunas semanas; por esto el gobierno quiere asegurarse que el producto no sea exportado en grandes cantidades”, señaló el directivo de Asagir.
En abril pasado, según los últimos datos oficiales de la Sagpya, se procesaron 550.697 toneladas de girasol versus 338.808 toneladas en el mismo mes de 2007. En el primer cuatrimestre de este año el volumen procesado fue de 1,56 M/toneladas contra 3,06 M/t en todo el año 2007.
“Comercializando el aceite solamente en el mercado interno sin ser compensado sería imposible mantener los costos dado, que el girasol es un cultivo que se siembra en zonas marginales donde los costos de los fletes son muy elevados”, concluyó Sánchez Negrete.