Enroyados
Centros de detección y manejo de la enfermedad
La tan anunciada roya de la soja se veía venir a La Paz y llegó. Luego de las intensas lluvias registradas los últimos días de enero, la humedad ambiente muy alta y las bajas temperaturas dieron el marco adecuado para su aparición. Encontró los lotes en estado de R6 y el resto listos para cosechar, por eso los técnicos suponen que los daños en el rendimiento final del cultivo no serán significativos.
La información y el estado de alerta contribuyeron a que los productores estén preparados para manejar la enfermedad. Tal es así que se instalaron 3 centros de detección, uno en la Agencia de Extensión del INTA en La Paz, otro en la Cooperativa Agropecuaria La Paz y otro del Crea local, que funciona en las oficinas de El Estribo. “Tenemos 4.500 has en monitoreo y nos llegan muestras de los campos de la zona” explicó la ingeniera Moira Muntz, a cargo de recibir muestras.
Cuando se justifica utilizar el riego
En la zona, “el impacto del uso del riego complementario será el mayor de los últimos años” dijo Guillermo Bernaudo. En este establecimiento, el 40% de la superficie destinada a maíz y soja se hace bajo esta tecnología. En referencia a la inversión que requiere, el técnico señaló que “se utiliza sabiendo que requiere un planteo estratégico de largo plazo, pero en años como este en el que escaseó tanto el agua en el momento clave del maíz y la soja, se recupera lo gastado”. Utilizan un equipo de giro de 330 has que trabaja en tres posiciones. “Primero riega el maíz y luego pasa a la soja de primera y termina en los lotes de soja de segunda”, especificó Marcos Muntz, encargado del Trochi. El agua proviene de pozo y de una represa que antiguamente se construyó para regar arroz. Tiene un espejo de agua de 35 has. De allí una bomba toma el agua y la conduce por canales. “Regular el caudal nos llevó más de 4 años de prueba y error. Hoy utilizamos energía eléctrica para alimentarlo. En los meses de utilización del equipo gastan entre 3 y 4 mil pesos mensuales promedio para 420 has.
Un suelo saludable. Avena como abono
Una de las características de la zona de La Paz es que el suelo es vertisol. Son pesados y en general con bajo contenido de materia orgánica. Para mejorar su estructura optan por aumentar la cantidad de rastrojos en superficie para evitar que el suelo permanezca descubierto y se erosione. Según Bernaudo entre los mayores beneficios de esta práctica, se obtiene a lo largo del tiempo un notable incremento en los rendimientos. La novedad radica en la implantación de avena no para pastoreo ni para la elaboración de rollos ni fardos, sino para que cubra los lotes. Cada 3 años siembran avena, tiene un costo de 20 dólares promedio por hectárea.
Manejo y rendimientos
Maíz
El maíz se sembró alrededor del 10 de octubre, fue unos días más tarde que la fecha óptima por falta de humedad en el suelo. Una porción regamos para sembrar y en la otra nos arriesgamos y largamos esperando que llueva. “¿Y que pasó?. Llovió y nació bien. Eso es como la lotería”, dijeron. En secano hicieron 262 has y obtuvieron 5.600 kilos promedio de rendimiento. Bajo riego, fueron 331 has y obtuvieron 10.300 kilos promedio. Se regó con 120 milímetros. Esta campaña duplicaron los rendimientos respecto de la anterior.
Pautas. Otro de los objetivos es obtener uniformidad en los lotes y aumentar el número de plantas para incrementar los rendimientos. Se colocaron 95 mil semillas por hectárea y obtuvieron 90 mil plantas en los lotes regados, en los otros, se sembraron 70 mil semillas. Usaron en esta campaña distintos híbridos pero este año optaron por probar con los de Pioneer y Nidera.
Fertilización. En este establecimiento Guillermo Bernaudo realiza una red de ensayos de fertilización. Básicamente realizamos aplicaciones con diagnóstico a la siembra. “Usamos 130 kilos de fertilizantes para los de secano y 150 para los que hicimos bajo riego, distribuidos en distintos momentos del cultivo”.
Soja
Sembraron 1.145 has. El manejo del cultivo se realiza básicamente utilizando el riego suplementario para obtener mayores rendimientos. “Aplicamos un paquete tecnológico muy completo”, dijo Muntz.
Para la de primera regaron entre 80 y 100 milímetros. Gran parte de los lotes están a punto de comenzar a cosecharse. Otra porción se encuentra en estado de R5. En cuanto al estado sanitario, Bernaudo y Muntz coincidieron en que si bien se encuentran en buen estado. Se registraron ataques severos de isoca medidora. “Llovió a fin de enero y los bichos proliferaron tanto que los equipos de fumigación no daban abasto en la zona”. Dijeron. Algunos dieron positivo en los análisis de roya, pero luego de consultar con especialistas en el manejo de la enfermedad, decidieron que aplicar fungicida no era decisivo para el rendimiento final.
Fertilización. Aplicaron 60 kilos de monoamónico. “Volvimos a poner todas las fichas en la generación de abono verde”. Dijo Bernaudo.
Esperan rendimientos de más de 3.500 kilos promedio. Las máximas expectativas son de 3.700 kilos.