Desde octubre del 2004, Brasil inició una serie de acciones destinadas a “frenar” las importaciones argentinas y uruguayas, como forma de ganar tiempo y brindar a sus productores arroceros garantías de mejores precios para su producción.
Sobre finales de dicho mes, ocurrió un cierre de fronteras por la fuerza al ingreso de camiones argentinos cargados con arroz; cierre que fuera “impulsado” por Federarroz, la Federación de Arroceros de Río Grande del Sur y por el Instituto Riograndense del Arroz (IRGA), violando las normas de comercio intra-Mercosur.
Origen del conflicto . Por pronósticos erróneos en la intención de siembra (en Brasil las estadísticas granarias parten de la consultora Safras y Mercados y del IBGE, Instituto Brasilero de Geografía y Estadística), en el 2004 la cosecha brasilera fue ampliamente superior a la prevista, totalizando 12.80 M toneladas. A esta cifra, se le sumo un stock existente, dando por resultado un excedente interno de casi 2 millones de toneladas. Brasil cuenta hoy con unas 14 millones de toneladas de arroz y ha frenado las compras de arroz argentino, buscando los productores “gauchos” que el Gobierno implemente salvaguardias al ingreso de arroz. Jorge Vara, vicepresidente de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, en diálogo con Infocampo, indicó que el conflicto es puramente gremial, y que en primer momento los precios se mantuvieron estables, como consecuencia de rendimientos magros en las cosechas tempranas. Con el avance de la recolección, repuntaron los rendimientos y ahí el conflicto con Brasil llego a su punto más álgido. El superplus de arroz brasilero ocasionó una decisiva caída de la cotización internacional extra-Mercosur del grano y también en el mercado brasilero, y a partir de entonces, la Argentina -que produjo 900.000 toneladas- viene teniendo trabas para exportar a su principal comprador. Al momento solamente 200.000 toneladas sobre un saldo exportable de 450.000 toneladas de la campaña 2003/2004 pudo ser colocado; la cosecha nueva todavía no encontró destino. Los negocios se suspendieron y se concretaron algunos que se encontraban pactados con anterioridad, afirmó Vara. “La Argentina tiene muchos destinos potenciales a los que venderles arroz, pero no son compradores estables, dada la fuerte intervención de los Gobiernos mundiales en las compras. El arroz no tiene un mercado transparente, fluido”, estimó el especialista.
Detrás de esta protesta los productores brasileños quieren lograr la atención de su Gobierno para poner en jaque al Mercosur y lograr soluciones. Podríamos frenar nosotros los camiones que ingresan con cosechadoras fabricadas en el sur de Brasil y el daño es superior al que pueden lograr ellos”, finalizó Vara.
Laura Freidenberg
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