La hiperconectividad surcoreana no es sorpresa. Es el resultado del estímulo consistente de dos décadas en las que el gobierno impulsó la industria de la banda ancha, liberalizó el sector de las telecomunicaciones, y construyó una robusta infraestructura para la internet de alta velocidad. El gobierno fomentó la compra de computadoras y el uso de conexiones de alta velocidad subsidiando el costo para los sectores de menores ingresos y otros que no tenían conexión.
A favor de Corea cuenta la alta densidad de población en áreas urbanas (el 80 por ciento del país), ya que es más sencillo mantener la rapidez de las conexiones en las ciudades que llevarla a través de largas distancias en el campo, según publica Infobae.
Los países de América Latina, con enormes atrasos de infraestructura en la red, se ubican muy lejos de la cima. El mejor rankeado es Chile, que con 7.3 Mbps de velocidad promedio, alcanza el puesto 64° a nivel mundial. Lo siguen México (65°), Uruguay (67°), Brasil (87°), Perú (89°), Ecuador (90°), Panamá (91°), Argentina (92°), Colombia (96°) y Costa Rica (109°).