El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró este miércoles el estado de alerta preventiva sanitaria en todo el territorio nacional, debido a la presencia de brotes de Influenza Aviar Altamente Patógena en el continente americano.
De esta manera, el Senasa finalmente decidió avanzar en encender la luz amarilla sobre este tema, luego de que la la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) activara protocolos de coordinación y respuesta ante brotes de influenza aviar en Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.
La medida, ordenada a través de la Resolución 803/2022 publicada en el Boletín Oficial, implementa la adopción de nuevas medidas de prevención, detección precoz y atención temprana, y el fortalecimiento de las ya existentes con el objetivo de disminuir el riesgo del ingreso, exposición y diseminación de la enfermedad en aves de corral comerciales, y en las aves de traspatio y silvestres en el territorio nacional.
VUELA DEL NORTE AL SUR
El alerta responde a recomendaciones del Consejo Agropecuario del Sur frente a los brotes detectados originalmente en América del Norte y su “actual dispersión hacia América del Sur a través de las rutas migratorias que las aves silvestres inician en época primaveral”, al dirigirse de las zonas de invernada ubicadas en el hemisferio norte a las de reproducción en las latitudes septentrionales.
Esta situación implica una “potencial propagación al resto del continente americano”, según se indicó.
La resolución de este miércoles también faculta a la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa a ordenar normas complementarias con medidas extraordinarias para evitar el ingreso y eventual diseminación de la influenza en el país; y a la Dirección General Técnica y Administrativa a adoptar gestiones administrativas urgentes para “acelerar o facilitar la provisión de recursos” a las áreas competentes.
UN VIRUS LETAL
Vale recordar que la mayoría de los virus de la influenza afectan sólo a las aves y no son zoonóticos aunque, con menor frecuencia, también algunas cepas tienen la capacidad de infectar a especies de mamíferos, incluyendo seres humanos.
En las aves, el virus tiene una alta mortalidad –no existe vacuna al momento- y provoca síntomas como síndromes respiratorios, nerviosos o digestivos; alteraciones de los parámetros productivos, temblores, incoordinación, diarrea, edema facial, y baja de consumo de agua o alimentos.
Las aves pueden portar normalmente virus de influenza en sus sistemas respiratorio o intestinal y pese a que, en general, no se enferman, transmiten la enfermedad a otras aves funcionado así como vectores, explicó el Senasa en la normativa.
En este marco, si bien la Argentina ostenta la condición de libre de esa enfermedad dado que no hubo casos ni sospechas del virus localmente, desde principios de este año se detectaron “brotes recurrentes” en Estados Unidos y Canadá, y su dispersión avanzó recientemente a Sudamérica con casos en Colombia, Perú y Ecuador.
Por ejemplo, en el caso de Perú, desde que comenzó el brote a mediados de noviembre, se registró la muerte de más de 22.000 aves marinas y costeras.
CONSECUENCIAS
Por eso, el Senasa recordó que la enfermedad puede provocar, de ingresar al país, “un alto impacto en la producción y el comercio” de la producción avícola industrial con “graves pérdidas económicas” por la alta mortalidad en las aves, y las consecuentes restricciones al comercio internacional.
En ese marco, el alerta del Senasa busca reforzar las medidas de preparación y prevención así como las dirigidas a la detección precoz y atención temprana ante un eventual ingreso”, señala la resolución.
En ocasión de sospecha de síntomas compatibles en aves, los casos deben ser inmediatamente comunicados al Senasa a través de sus oficinas, por contacto telefónico, la web “Avisa al Senasa”, o a través del mail notificaciones@senasa.gob.ar.
Entre otros consejos, el Senasa recomienda evitar visitar granjas de aves luego de estar en contacto con aves silvestres, desinfectar los elementos utilizados a campo como balanzas y bolsas, utilizar elementos de protección personal para manipular las aves silvestres, y mantener encerradas las aves domésticas en los gallineros para evitar el contacto con las silvestres.