Hace algunos meses, la OIE había “desaconsejado” la producción de vacunas contra la enfermedad elaboradas a partir del cultivo del virus en el epitelio lingual bovino, método que durante los últimos 50 años dio origen a los inoculantes de todo el rodeo nacional y que incluso sirvió para erradicar la fiebre aftosa en el Viejo Continente, aseguró el vocero del Senasa.
En esa resolución, el organismo internacional también desestimaba el método BHK monocapa y recomendaba el sistema BHK en suspensión, utilizado en la Argentina por el laboratorio Biogénesis.
El método BHK, sigla inglesa de Baby Hamster Kidney (célula renal de hamster bebé) consiste en realizar los cultivos originales sobre estas células y no sobre la piel de la lengua de los bovinos.
Ante este panorama, los técnicos del Senasa solicitaron la semana pasada en la Asamblea Anual de la OIE, realizada en París, que se “revise la resolución y se aporten argumentos científicos para desestimar el método del epitelio lingual”, destacó el vocero del organismo sanitario nacional, quien aclaró que llevarán una posición regional en este sentido a la próxima reunión del comité científico, en septiembre próximo.
Es que la resolución que en definitiva se tome quedará incorporada al código sanitario internacional a partir de 2008 y todos los países miembros deberán adoptarla, incluso la Argentina, Paraguay y Rusia, naciones que producen vacunas antiaftosa por el método del epitelio lingual.
En nuestro país, Biogénesis trabaja con el sistema BHK en suspensión, pero los otros dos laboratorios productores de vacunas, Sanidad Ganadera y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) utilizan el método epitelial.
Según se explicó, la OIE cuestiona el método lingual por considerar que no se ajusta a las Buenas Prácticas de Manufactura y el control de contaminantes, además de objetar la trazabilidad de las muestras bovinas.
En este sentido, el vocero del Senasa remarcó que el sistema “lingual” que se utiliza en la Argentina “tiene trazabilidad de origen, las muestras proceden de laboratorios habilitados por el organismo sanitario y se tiene un control pre y post faena de los animales, de donde se obtiene el epitelio”.
Además, aseguró que “el antígeno obtenido por el método lingual es muy superior al de monocapa y de suspensión, a lo que se suma el hecho de que la vacuna obtenida por método epitelial es más pura, en cuanto a la presencia de proteínas no estructuradas”.
La fuente recordó que durante la década del 90, el 52% de las vacunas antiaftosa se produjeron por el método lingual, situación que no se daría en la actualidad, debido a que el 95% de los inoculantes actuales los elabora el laboratorio Biogénesis con el método hasta ahora avalado por la OIE.
Finalmente, se aclaró que en el mundo existen 4 laboratorios que trabajan con el método bovino, 2 en Argentina, uno en Paraguay y otro en Rusia, aunque el establecimiento del socio del Mercosur ya habría empezado a recovertir su sistema hacia el BHK.
Marianela Garbini
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