El funcionario, que participa en las sesiones que el Grupo Cairns celebra en esa ciudad australiana, declaró a agencias internacionales que “si uno viene a estas reuniones con expectativas muy altas sale frustrado, si viene con expectativas razonables sale adecuadamente satisfecho”.
Chiaradía recordó que las conversaciones de Doha están suspendida desde julio, y que no hay un proceso de negociación y por lo tanto no hay avances. “Lo que se está tratando de hacer es procurar encontrar un clima conducente para que las negociaciones se puedan retomar”, explicó.
El secretario de Comercio consideró que para desbloquear la Ronda de Doha deben darse dos elementos fundamentales, y ambos “están referidos a los países desarrollados: que la UE mejore su oferta o Estados Unidos (mejore) su contribución en cuestión de acceso a los mercados en agricultura y mejore su oferta en cuanto a reducción de sus subsidios internos de la producción agrícola”.
Más que contundente, Chiaradía sentenció: “Es el huevo y la gallina, ambos dicen que están dispuestos y nadie lo hace, hay de parte de los demás miembros muy buena voluntad, pero necesitaríamos contar con algún elemento incentivador de Argentina”.
En este sentido, el representante nacional reconoció que nuestro país siente que las normas no le han sido favorables en el pasado en materia agrícola “porque el comercio de bienes industriales está razonablemente liberalizado y, en cambio, el comercio agrícola está distorsionado y hay un exceso de producción”.
De hecho, el secretario de Comercio recalcó que los productos nacionales deben competir con los de los países ricos que subsidian a sus agricultores ây tengo que competir en desventaja porque yo no puedo vender mis productos en Europa -por ejemplo- porque tiene aranceles muy altos; esta estructura es desigual y esto tiene que cambiarâ, reiteró.
Argentina, miembro del Grupo de Cairns y del G-20, apoya la propuesta que el segundo bloque realizó en Río el mes pasado, y que pedía a Europa el recorte del 50 por ciento de sus aranceles y a Estados Unidos la reducción a unos 12.000 millones de dólares las ayudas a sus granjeros.
“Los latinoamericanos y en general los países en desarrollo tenemos que seguir insistiendo en nuestras posiciones porque son legítimas, porque están buscando equidad y hay que tener paciencia”, concluyó el ministro argentino.
