Cuando comenzó la campaña, las perspectivas eran malas: la falta de lluvias que habían dejado la campaña fina y la primavera hacían temer un escenario de baja productividad para los cultivos estivales.
Sin embargo, enero se comportó con lluvias que superaron al promedio histórico en muchas zonas del país y eso elevó las expectativas. La Bolsa de Comercio de Rosario, por ejemplo, subió su pronóstico de cosecha de soja y dijo que los planteos de primera finalmente podrían llegar a alcanzar rendimientos similares a los del ciclo pasado.
De todos modos, estas precipitaciones no han sido parejas para todo el país. Por ejemplo, el mapa semanal de reservas de agua que elabora la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) de la Nación muestra que en el sudeste y sudoeste de Buenos Aires, el déficit hídrico sigue existiendo, incluso con zonas calificadas bajo condición de sequía.
Para Enrique Cirolini, asesor técnico comercial de Compo Expert en esta zona del país, esta condición de los suelos eleva la necesidad de reforzar la nutrición de la soja a través de aplicaciones foliares.
“En años con limitante de agua, la respuesta a la aplicación de fertilizantes foliares es mucho mayor que en años con régimen hídrico normal. Sucede que al no haber humedad en el suelo, al cultivo le cuesta absorber el nutriente por las raíces, pero sí logra hacerlo por medio de la hoja”, menciona Cirolini.
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La paleta de Compo Expert, en este sentido, es amplia y variada, dependiendo del estadio en que se encuentre el cultivo.
Según Cirolini, hoy muchos lotes del sudeste y sudoeste bonaerense poseen una deficiencia marcada de zinc. Allí recomienda utilizar Basfoliar Zn 75 Flo, un corrector de zinc de alta concentración, especialmente desarrollado para aplicaciones de bajo volumen. “Hay que aplicar entre V4 y V6, bien temprano”, remarca.
Asimismo, sugiere adicionar algún bioestimulante, Basfoliar Algae en medio litro por hectárea, por ejemplo; si se detectan casos de fitotoxicidad por estrés, ante la falta de lluvias que no “lavaron” los herbicidas aplicados en barbecho.
Si la soja ya está en momento de floración, alrededor de R1, ahí la clave es fortalecer el aporte de boro, porque contribuye a la fijación de las flores, y si el año tiene el factor hídrico como limitante el boro es más necesario aun, ya que al no haber agua en el suelo, la capacidad de la planta de absorber dicho nutriente se ve limitada, dado que el movimiento del mismo dentro de la planta es mayormente por flujo masal. Cirolini propone una dosis de entre uno y dos litros por hectárea de Basfoliar Boro SL.
En tanto, si la planta ya alcanzó un estadio más avanzado, en R3 o llenado de granos, el refuerzo nutricional ideal es Basfoliar Soja, un fertilizante foliar con alto aporte de nitrógeno, fósforo y potasio. “Genera desarrollo foliar y aumento del peso de mil granos lo que ocasiona incrementos de rendimiento. Es una nutrición equilibrada que hace que la planta responda de manera efectiva. Se recomiendan dos kilos por hectárea”, añade Cirolini.
Todo esto, además, se puede reforzar aún más con el uso de Vitanica Si, un bioestimulante que además del alga Ecklonia máxima tiene un alto componente de silicio, que ayuda a la soja a combatir el estrés y a mantener la sanidad ante el riesgo de enfermedades. La dosis en este caso es de entre medio litro y un litro por hectárea.
“Con estas estrategias nutricionales, se puede lograr un plus de rendimiento de entre 250 y 350 kilos por hectárea, entre ocho y 10 por ciento más sobre una soja de primera promedio de 30 quintales en esta zona del país”, completa Cirolini.