Diciembre suele ser un mes clave para los apicultores. Es el momento cuando los apicultores monitorean la prevalencia del ácaro varroa en abejas adultas, realizan los respectivos tratamientos sanitarios, como así también los bloqueos de las colmenas con suplementación energética. Este año, las abundantes precipitaciones registradas, complicaron estas tareas. Recomendaciones técnicas para reducir pérdidas.
De acuerdo con German Masciangelo –técnico del INTA Gálvez, Santa Fe– “el sector apícola en la provincia se ve afectada por los excesos hídricos desde hace algún un tiempo pero, es la primera vez, que suceden en un momento clave para el sector, desde un punto de vista técnico productivo”.
En consecuencia, los apicultores se vieron imposibilitados de realizar los trabajos de monitoreo de la prevalencia del ácaro varroa en abejas adultas y los respectivos tratamientos sanitarios, como así también los bloqueos de las colmenas con suplementación energética en los momentos correspondientes.
“Se trata de prácticas fundamentales para que las colmenas puedan ingresar al período invernal en condiciones óptimas y de las cuales depende su estado en la siguiente temporada”, detalló Masciangelo quien reconoció “una importante mortandad de colmenas y la pérdida de población en las colmenas que sobrevivieron”.
En este contexto, el especialista destacó la necesidad de aplicar una serie de recomendaciones a realizar en las colmenas a corto y mediano plazo para lograr que lleguen en las mejores condiciones posibles a la temporada siguiente.
Para esto, subrayó la importancia de acceder a los apiarios, como máximo, a principio de febrero para monitorear la prevalencia de varroa en abejas adultas y realizar los tratamientos con productos habilitados por el Senasa. Esta tarea deberá hacerse en vehículo o a pie, en el caso de sea complicado el acceso.
En cuanto al bloqueo de las cámaras de cría, Masciangelo aconsejó realizarlo durante los meses de marzo y abril en las colmenas que lo requieran con jarabe de azúcar al 66 % suministrando la mayor cantidad en el menor tiempo posible.
En el caso de que sea imposible el ingreso con vehículo, ni bien se pueda se deberá suministrar el jarabe. Pero, en el caso de que hayan comenzado los primeros fríos solo hacer refuerzo de alimento con jarabe al 66 % periódicamente para que las colmenas no se mueran de hambre durante el período invernal.
En referencia a los insumos, el especialista indicó que “es importante disponer de los tratamientos sanitarios habilitados por el Senasa, con anticipación a su aplicación, y la cantidad de suplemento energético necesario para todas las colmenas”.
En el caso de contar con poca disponibilidad de miel para vender para hacer frente a los gastos de los mencionados insumos, se recomienda realizar las gestiones en forma grupal para tratar de conseguir mejores precios o incluso financiación de los mismos.
“Es fundamental no esperar a la mejora en las condiciones de tiempo y estar preparados para realizar los trabajos apenas se pueda, para evitar el atraso por inacción”, subrayó.
“Ante esta situación es importante no ahorrar en aspectos que generen deficiencias irreversibles o en las que habrá que reinvertir para recuperar las pérdidas”, indicó el técnico quien lo ejemplificó con el reemplazo por productos caseros o no habilitados o suplementación de mala calidad.
Y destacó: “Es importante evaluar en qué se puede ahorrar sin perder eficiencia ni eficacia en lo que hacemos” y llamó a “poner a las abejas y a la calidad del producto por encima de todo de un modo consciente”.