Los antimicrobianos son medicamentos esenciales para la salud humana y animal. Desde su descubrimiento –y a medida que se fueron incorporando nuevos principios activos– millones de vidas se salvaron gracias a ellos. Sin embargo, su uso masivo ha generado la aparición de cepas bacterianas resistentes a estos agentes que causan cuantiosas pérdidas humanas y económicas cada año.
En este contexto en donde la eficacia de los antibióticos se enfrenta cada vez más a la emergencia de la resistencia antimicrobiana (RAM), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) pone el centro en la necesidad del uso prudente y responsable de estos medicamentos por parte de las personas y de los profesionales que los prescriben.
Sin antimicrobianos eficaces para prevenir y tratar infecciones, las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos como el trasplante de órganos o la quimioterapia se convertirían en procedimientos de muy alto riesgo.
Considerando que el 60% de las enfermedades humanas infecciosas conocidas tiene origen en los animales, la RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere de la concientización por parte de todos.
Cómo prevenimos la RAM
Las principales recomendaciones para las personas se relacionan con mantener hábitos de higiene –como lavarse bien las manos–, preparar los alimentos en condiciones higiénicas y de manera segura, y usar antimicrobianos únicamente por indicación de un profesional y a través de un diagnóstico adecuado.
Al utilizar antibióticos sin prescripción, tanto en medicina humana como veterinaria, contribuimos a que la RAM siga perpetuándose. Por eso, es importante seguir las indicaciones para la toma de medicamentos, respetando la cantidad de días, la dosis y la frecuencia. Es decir, aunque los síntomas disminuyan, no debe suspenderse ni modificarse la modalidad de la toma.
Por otra parte, se recomienda visitar regularmente al veterinario para que vacune y desparasite a las mascotas, y no utilizar medicamentos sin indicación. El uso de productos veterinarios en animales de producción y de compañía debe realizarse de manera responsable, racional y únicamente bajo supervisión veterinaria. Los productos deben estar aprobados para su uso por el Senasa y su utilización debe quedar asentada. Además, los antibióticos no deben aplicarse para estimular el crecimiento ni para prevenir enfermedades en animales sanos.
Algunas opciones alternativas al uso de antibióticos para prevenir enfermedades en animales son la mejora de la higiene, un mejor uso de la vacunación y la introducción de cambios en las prácticas de estabulación y cría de animales.
Antes de administrarse un producto veterinario, se debe verificar su fecha de vencimiento y que las condiciones de su almacenamiento y empaque hayan sido las adecuadas.
Es muy importante seguir las indicaciones especificadas en la etiqueta o el prospecto de cada producto veterinario, respetando dosis, duración del tratamiento, uso de instrumental adecuado para su aplicación y período de retiro antes de vender o enviar un animal a su sacrificio para consumo (de lo contrario, debe informarse al comprador su condición y detalles del tratamiento).