Esta semana, el trigo y la cebada estuvieron en primer plano. El simposio “A Todo Trigo 2022” los posicionó en ese lugar. Expertos, consultores y analistas coincidieron que son cultivos a los que hay volver a apostar en este ciclo y todos se llevaron líneas de pensamiento, dentro de la cadena de trigo, en las que hay que trabajar.
Emilio Satorre, investigador y docente de la Facultad de Agronomía (UBA), identificó al trigo como un cultivo clave que, en las últimas campañas, muestra su mejor versión y fortalezas dentro de los sistemas productivos.
El experto comparó dos períodos constantes, en referencia a los contextos extra-lote. Así estableció que entre 1999-2003 versus 2017-2021, en el último período, el cereal aumentó su producción a razón de 5 millones de toneladas por año.
Mirá también Los números del trigo 2022/23: siembra, costos, cosecha y aporte económico
Asimismo, analizó que el proceso que marcó la agricultura en los últimos 15 años fue la intensificación agrícola, en la cual el retorno de las gramíneas a la rotación fue uno de los factores intensificadores.
Para analizar la decisión de sembrar el cultivo, uno de los técnicos referentes que pasó por “A Todo Trigo 2022” fue el bonaerense, que tiene su zona de trabajo en el centro y centro-sur de la provincia, Pablo Calviño.
El asesor manifestó que “es un gran año para hacer agronomía, en el que será necesario prestar atención a todo: el clima, los precios, los mercados, la biología del suelo, la biología de las plantas… todas las interacciones que se pueden hacer en un sistema, donde si modificas algo cambia el todo”, remarcó.
Mirá también Mercado del trigo: “Es la hora de los puts; cuando todos miran el techo, hay que asegurar el piso”
Por su parte, Gustavo Duarte (Ver Foto), que juega “dos partidos”, el de consultor y productor, se preguntaba: “¿En qué podemos ayudar los tomadores de decisión? Hay que tener coberturas de precios, hay que trabajar más en la agronomía de sintonía fina y hay que conseguir contratos menos rígidos”, sostuvo Duarte porque la diferencia de costos entre esta campaña y la anterior, a la misma altura del año, cuesta, este 2022/23, 300 dólares más. De esta forma, agregó, con la misma plata del año pasado, esta campaña podes sembrar entre 0,57-0,6 hectáreas.
La primera mirada, según el asesor referente, es la condición de agua de los suelos al inicio del cultivo porque hay una fuerte correlación entre el agua al inicio del cultivo y el rendimiento final del cultivo.
Después hay que mirar, aclaró, diferentes variables que tienen menor incidencia en los costos, como la elección de genotipo, luego es el momento del monitoreo para asegurar una buena sanidad y, finalmente, el punto crítico es la nutrición porque los fertilizantes se fueron a los valores.
Mirá también El trigo HB4 copó el debate en A Todo Trigo: las voces a favor y en contra
“Lo primero a definir es la dosis porque eso este ciclo es clave hacer un análisis de suelo parar apuntar cada uno de los nutrientes. Luego el momento de aplicación es fundamental. Hay zonas que pueden hacer partición de la aplicación y hay otras que no. Aquellas que tienen más precipitaciones en el invierno o cuando el cultivo necesita del fertilizante pueden dividir la dosis, mientras que otras zonas no lo puede hacer”, especifica el analista.
Otro técnico referente bonaerense, Jorge González Montaner, agregó: “La clave del éxito está en la tecnología, tanto en nuevas maquinarias como en insumos mejorados que cada vez se suman con más fuerza a los sistemas y en un futuro permitirán llegar a planteos menos agresivos y con mejor funcionamiento”.