Las altas temperaturas tienen efectos negativos sobre la fisiología, la salud, el comportamiento y el estado mental de los animales, afectando negativamente su bienestar.
Como consecuencia del estrés por calor, disminuyen la fertilidad, la producción y el rendimiento de los rodeos, aumentando el riesgo de muerte por golpe de calor, advirtió el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Para medir el estrés calórico existe el ITH (Índice de Temperatura y Humedad) que indica que, cuando se iguala o supera el valor de 75 hay nivel de “alerta”, cuando iguala o supera 79 “de peligro” y “de emergencia” cuando es mayor a 84.
Por esto, el Servicio brindó una serie de consejos técnicos:
Proveer espacios de sombra suficientes para todos los bovinos: la sombra de árboles es una de las más efectivas ya que no sólo disminuye la radiación, sino que produce menor temperatura del aire por la evaporación desde las hojas. Cuando la provisión de sombra sea artificial, debe colocarse de manera tal que permita el movimiento de aire por debajo de la misma.
Proporcionar agua fresca, limpia y abundante: Se estima que un bovino adulto consume diariamente el 7% de su peso vivo en agua. Se debe proporcionar agua fresca, limpia y suficiente para todos los animales ya que una vaca puede consumir, en promedio, hasta 107 litros por día, mientras que una lechera de alta producción ingerir hasta 140 litros por día.
Verificar que los bebederos estén accesibles y cerca de los animales: es necesario controlar el caudal y la presión, previo a períodos de extremo calor y asegurar un espacio suficiente en los bebederos.
Evitar manejos estresantes: una buena práctica consiste en consultar el pronóstico del ITH antes de programar los manejos de la hacienda y evitar realizarlos en días para los que se prevean valores de alerta, peligro o emergencia.
Adecuar la alimentación y ofrecer dietas de baja actividad fermentativa: es conveniente conocer el nivel de infección con hongos productores de ergoalcaloides presente en las pasturas y raciones que los animales están pastoreando. Se recomienda priorizar los pastoreos nocturnos y de madrugada y suministre dietas “frías” (aquellas que por su composición minimizan la generación de calor metabólico manteniendo la oferta de nutrientes).
Refrescar la hacienda cuando se prevean temperaturas elevadas: se recomienda hacerlo bien temprano a la mañana o durante la noche, utilizando un caudal suficiente para penetrar el pelo. En el tambo, se debe proporcionar ventilación adecuada en sala de ordeñe y utilizar ventiladores y aspersores en patios de espera.
Prestar atención al comportamiento de los animales e identificar síntomas de estrés calórico: Los signos en los bovinos son, en primera instancia, el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra.
Extremar las medidas preventivas si van a transportar animales: consultar el pronóstico del tiempo antes de programar el viaje y evitar los traslados en los días de mucho calor. Cuando no pueda evitarse el transporte: la hacienda debe cargarse a última hora de la tarde o primera hora de la mañana.
Deben utilizarse únicamente vehículos habilitados y adecuados para la especie y categoría, respetando la densidad de carga permitida.
También es importante minimizar la duración del viaje. Para ello, en la medida de lo posible se deben evitar las largas distancias, prever los conflictos de tránsito o atascamientos en rutas y evitar realizar paradas durante el viaje.