El sector molinero argentino se encuentra en un brete. Mientras que el Gobierno subió las retenciones a las premezclas del 5 al 10% y bajó los derechos de la harina del 20 al 10% y además fijó un acuerdo de precio para que no suba el precio del pan en $ 2,50 el kilo (que se mantendría hasta fin de año), la cotización del trigo trepó a valores que no estaban previstos; hoy los industriales están pagando entre 380 y 400 $/t. Por eso, los molineros plantean que no consigue trigo en ningún lado y a ningún precio.
Es que los productores, en un escenario de incertidumbre, están reteniendo el cereal y la industria está perdiendo sus stocks.
José Luis Marino, director ejecutivo de Molino Carhué, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, explicó a Infocampo: âLos productores no largan el trigo. La semana pasada no pude hacer ninguna compra y en lo que va de ésta, la situación sigue igual; si esto continúa en la próxima semana perderé mis stocks mínimos y mi empresa se encontrará en serias dificultadesâ.
El Molino Carhué muele por mes alrededor de 2.000 toneladas, y se abastece de la materia prima directamente de los productores y acopios de la zona.
Marino explica que la situación que le toca vivir se repite también en otros molinos de la misma escala de producción: âNosotros no podemos sacar créditos o comprar antes de la cosecha como hacen las grandes industriasâ. El empresario también resalta que el Gobierno âparece no entender que si nos quedamos sin stock no podemos producir; están más preocupados por el precio que por el abastecimiento de la industria nacional. Es lamentable, pero se están tomando decisiones importantes sin medir las consecuencias futurasâ.
En este contexto, el Gobierno presiona para que no aumente el precio del pan, que desde hace pocas semanas está gravadado con un IVA de 10,5% (se fijó por ley el mismo arancel para toda la cadena productiva de panificación)
Según Marino, la bolsa de harina de 50 kg âpuesta en la puerta de la fábricaâ está alrededor de $ 29, sufriendo una suba de alrededor del 20% en el último mes, siguiendo el mismo ritmo que la cotización del trigo.
El empresario remarca que a pesar de este incremento los panificados no deberían sufrir ningún tipo de aumento. âEn toda esta historia la industria molinera queda en el medio, tenemos que abastecernos de la materia prima y negociar con el productor; por otro lado, también tenemos al industrial panadero que, como es lógico, quiere cuidar sus costos. La verdad que todo es pura incertidumbre, sólo nos queda orar todos los díasâ, sintetiza Marino.
