Se inicia la campaña de maíz y girasol en las principales zonas productoras del país y la importancia de la fertilización se pone sobre la mesa. Pero, para ello, es necesario un buen diagnóstico.
“Frente a la situación económica actual y considerando el impacto del fertilizante en los costos de producción (30%-40% según cultivo/zona), resulta imprescindible ser muy eficientes en el uso de los nutrientes”, señala el informe del grupo técnico de Laboratorios Fertilab, del sudeste bonaerense.
El diagnóstico de la fertilidad de suelos y la recomendación de fertilización de cultivos contemplan diferentes etapas entre las que se destacan:
- Muestreo de suelo.
- El análisis propiamente dicho.
- La interpretación de los resultados.
La primera etapa resulta clave, dice el grupo técnico, dado que es el primer paso dentro del proceso que lleva a la recomendación de fertilización y representa solo el 1% al 2% del costo de los fertilizantes.
El muestreo
Un adecuado muestreo de suelo permitiría evaluar con mayor precisión la disponibilidad de los distintos nutrientes y, por ende:
- Muestrear por separado áreas o ambientes de diferente productividad.
- Tomar 25-30 submuestras por muestra, principalmente, en muestreos superficiales.
- Repetir la muestra superficial para nutrientes poco móviles como el fósforo.
- Elegir el momento y profundidad de muestreo según nutriente.
Entre las consideraciones finales del equipo técnico, estos citan:
- En ambientes con bajo contenido de materia orgánica, textura gruesa e historia de varios años bajo riego es importante en las muestras superficiales analizar zinc, en lotes destinados a maíz, y boro, en lotes destinados a girasol.
- En lo que respecta al cultivo de papa es importante tener en cuenta el monitoreo del contenido de nitrógeno en planta mediante el muestreo de pecíolos, a partir del inicio de tuberización (aproximadamente a partir de los 50 días después de la plantación).
- Nitrógeno anaeróbico: Se recomienda realizar cada dos o tres años en lotes con condiciones de manejo contrastantes con el objetivo de mejorar la precisión de la recomendación de nitrógeno de los cultivos (maíz, papa y girasol).