Con buenas condiciones para la siembra de algodón en el nordeste del país, esta tradicional zona algodonera incia una nueva campaña. Luego de las inundaciones que sufrió el NEA durante el ciclo pasado, ahora está el terreno listo para el inicio de la campaña.
De recorrida por el norte argentino, el especialista brasilero Ederaldo Chiavegato estuvo de visita por campos algodoneros de Tucumán, Santiago del Estero y Chaco.
Uno de los desafíos más importante que tiene este cultivo en Argentina es la reducción de brechas de rendimiento. “El algodón requiere de mucha agronomía, también es importante el conocimiento del ambiente productivo y el manejo ajustado en cada etapa. Estos aspectos deben ser tomados en cuenta como herramientas clave para optimizar el manejo”, dice el experto a Infocampo.
En Argentina, el cultivo se inicia con un suelo frío y en ambientes con mayor capacidades de retención de agua, un aspecto no tan favorable para el crecimiento inicial del cultivo. Además, tiene una estrés térmico durante la floración, generando aborto de flores y cápsulas. Asimismo, sobre el final del ciclo, la húmeda ambiental y la baja luminosidad tampoco son favorables. Estos son algunos de los aspectos reductores y limitantes del rendimiento potencial.
Al respecto, el especialista, que fue invitado por Stoller, brindó una serie de recomendaciones de manejo. En este sentido, destacó que el rendimiento potencial del algodón se determina en los primeros 40 días de crecimiento desde la implantación.
“Con el tratamiento de la semilla, basado hormonas promotoras de crecimiento, como Stimulate, se reducen los riesgos de estreses iniciales durante la implantación”, dice Chiavegato.
Un problema creciente en lotes de algodón, al que Stoller le encontró solución, y que impacta durante las primeras etapas de crecimiento es la fitotoxicidad. Cuando el cultivo padece este estrés químico, exacerba la producción de la hormona etileno, que afecta el rendimiento potencial. Con “Bio Forge Advanced”, otro producto de la marca, se regula la concentración interna del etileno, minimizando las pérdidas de rinde y registrando hasta 30 por ciento de aumento de los rendimientos.
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Cuando se trata de la nutrición vegetal, el experto sugiere tratar al cultivo como “un atleta de alto rendimiento”. En este sentido, en el período reproductivo, el objetivo es retener la mayor cantidad de flores y cápsulas. Ahí, el boro y el calcio son los dos elementos que más ayudan a la fertilizanción de las plantas. De esta forma, para conseguir un cuaje de flores parejo, la fertilización foliar con “Sett” significa otro aspecto favorable para el aumento de los rendimiento.
Ya que toda la estrategia de manejo se orientó en un manejo de alta producción, Chiavegato recomendó otro producto foliar orientado a configurar una óptima calidad de fibra. Se trata de “Sugar Mover”, el cual ayudará a la removilización de nutrientes desde el área foliar hacia las cápsulas en formación.
Las estrategias de manejo integral ayudan a la reducción de brechas y potencian el rinde del cultivo.
