Como otras compañías del rubro, esta empresa sufrió el proceso de concentración de la década del 90. De alemán ya tiene poco y nada, porque el 25% de su capital accionario está en mano de un grupo de cooperativas agrícolas estadounidenses y europeas, mientras que el 75% restante pertenece a la estadounidense Archer Daniels Midland (ADM), uno de los principales procesadores de soja del planeta.
De perfil extremadamente bajo, esta compañía no hace público sus números como sí lo hacen otras grandes competidoras como Bunge o la misma ADM. En un comunicado de prensa, emitido a mediados de 2006, la empresa se limita a decir que el ejercicio 2004/05 fue el 26° ejercicio consecutivo con ganancias.
Pero este resultado positivo no debe basarse en lo que le acontece en la Argentina, donde Alfred C. Toepfer International Argentina SRL mostró una pérdida de $ 2,98 millones en el balance cerrado al 30 de noviembre de 2005 y de $ 36,32 millones a igual fecha de 2004.
En la Argentina, la empresa exporta algo más de 4 Mt por campaña, básicamente granos de trigo, maíz y soja, aunque también opera en algunas especialidades como sorgo y cebada. Lo que esta compañía no hace es procesar materias primas y exportar sus subproductos como sí hacen sus rivales Cargill, Bunge o Dreyfus.
Con oficinas centrales en Puerto Madero, en la ciudad de Buenos Aires, la compañía cuenta con tres activos destacados: el puerto El Tránsito, en Gral. San Martín (al norte de Rosario), la terminal portuaria de Arroyo Seco (Santa Fe), y la terminal portuaria Luis Piedrabuena, en Bahía Blanca.
El negocio de Toepfer es esencialmente el comercio de commodities, pero también aprovecha su capacidad de carga para brindar servicios a terceros. En el ejercicio 2004/05, exportó 4,4 Mt y brindó servicios de carga a terceros por 949.000 toneladas más. El volumen embarcado se repartió casi en partes iguales entre sus tres terminales, en torno de 1,7 Mt cada una.
La subsidiaria argentina de la multinacional facturó en ese ejercicio $ 1.480 millones, derechos de exportación excluidos, de los cuales sólo $ 10,6 millones correspondieron a los servicios de elevación para terceros.
Los operadores locales coinciden en que el comportamiento comercial de Toepfer en la plaza argentina es menos conservador que el de sus âprimosâ de ADM. Parte del estilo de la compañía es atribuido a la influencia de David Vázquez, un ex La Plata Cereal, que manejó los destinos de la empresa hasta su fallecimiento, en 2005. Muchos de sus empleados provienen de esta empresa, como su gerente August Remijsen o Ariel Marelli, jefe de mesa o una suerte de gerente comercial de la compañía. De La Plata Cereal también proviene Martín Aleman, el número dos de la empresa, después de August Remijsen. Tambien hombres de la ex Genaro García -una empresa que jugó fuerte en los 80- pasaron a engrosar la plantilla de Toepfer.
A diferencia de otros exportadores, esta empresa no tiene una operación continua a lo largo del año, aseguran. Sale al mercado cuando tiene compromisos contraídos y en ese momento puede ser muy agresiva pujando por la mercadería. Sin embargo, aseguran que origina el grano en el ámbito de las bolsas de cereales (no compraría directo) lo cual es bien visto por los operadores granarios, porque colaboranen la formación del precio.
Sobre el volumen de granos exportado en 2005 desde la Argentina, fue responsable aproximadamente del 10%, lo cual la ubica en un segundo escalón detrás de las grandes traders, compartiendo cartel con la Asociación de Cooperativas Argentinas, Nidera o la misma ADM.
Otra de las características de la operatoria local es que también se ocupa de commodities de escaso volumen, como la cebada o el sorgo (incluso la arveja, dicen). Estos negocios habrían sido tomados de la operación de Productos Sudamericanos, una cerealera de origen argentino, y de La Plata Cereal, ambas desaparecidas
